sábado, 14 de noviembre de 2015

Entre Reyes y Odaliscas: un acercamiento a Ingres

El día 24 de Noviembre abrirá sus puertas al público la exposición del Museo del Prado sobre Jean-Auguste-Dominique Ingres, más conocido simplemente como Ingres. Como lo prometido es deuda, en la entrada de este fin de semana hablamos un poco sobre la vida y milagros de este pintor francés del siglo XIX.

Ingres, Self-portrait.jpg
"Autorretrato", a los 24 años

Ingres no es, en sentido estricto, ni neoclásico ni académico; sino un firme defensor del dibujo. Resulta al mismo tiempo clásico, romántico y realista. Si el siglo XIX se caracteriza por algo en el terreno social, es por el nacimiento del romanticismo. E Ingres es un romántico de manual en cuanto a los temas y colores que gusta representar. Algunas de sus obras se enmarcan en el llamado "Estilo trovador", inspirándose en el ideal griego y gótico además de en las miniaturas de los Libros de Horas de Fouquet. Vemos, pues, que Ingres es romántico en el sentido de erudito, conocer de distintas ramas del saber humano respecto a las Humanidades. Se interesa por la arqueología, la cultura clásica, el mundo oriental (los tiempos pasados) así como con ciencias y artes del medievo y Renacimiento. Los románticos del siglo XIX temen que todo el misterio y magnificencia de la Humanidad haya quedado en manos de la diosa Razón, tan ardientemente defendida en el siglo anterior, el Siglo de las Luces, la Ilustración. De esta manera Ingres también se siente atraído por lo exótico, siendo conocido especialmente por el orientalismo que desprenden sus desnudos femeninos: las odaliscas.

"La gran Odalisca", conservada en el Museo del Louvre (París)

Tenemos la inmensa suerte de que el Museo parisino ha accedido a prestarnos este cuadro, probablemente el más conocido del pintor, de manera que podremos verlo expuesto en las salas del Prado desde el 24 de Noviembre. 

No quiero abrumar al lector con datos biográficos en exceso de Ingres. Baste decir que su padre, Jean Marie Joseph Ingres, un escultor mediocre; supo ver en seguida en su hijo el talento pictórico que poseía y rápidamente favoreció sus aspiraciones artísticas. Ingres se formó en Toulouse (1791), París (1796) y Roma (1806), donde descubrió a Rafael y el Quattrocento italiano que marcarían definitivamente su estilo. Ahí es donde desarrollará la mayor parte de su producción. Está en el cenit de su arte, y sin embargo sus cuadros no son bien acogidos en Francia debido a que el gusto de los franceses en esa época era muy diferente al que practicaba Ingres. Sus obras reciben duras críticas en Francia, por lo que el pintor decidió quedarse en Roma. 

La posterior caída de Napoleón y las dificultades económicas y familiares (Ingres se había casado en 1813 con Madelaine Chapelle) significan para el pintor un período bastante mísero en el que pinta con desgana todo lo que le encargan. También trabajó durante un tiempo en Florencia hasta que, en 1841, debido al éxito que tuvo en Francia un cuadro suyo encargado por un cardenal francés; le abre las puertas de París. En la capital gala es acogido como un héroe y le encargan ni más ni menos que la decoración de las vidrieras de la catedral de Nôtre Dame. Cinco años después expone en la Galería de Bellas Artes por primera vez, donde es nombrado Miembro de Honor de la Comisión junto con Delacroix. Pero en 1849 presenta su dimisón con motivo de la muerte de su esposa.

En el último periodo, debido a una enfermedad que le afectó a los ojos, Ingres se vio obligado a valerse de algunos de sus colaboradores para ultimar la parte secundaria de muchas de sus obras, en las que buscaba una perfección absoluta de las formas. Ingres se casó por segunda vez, con Delphine Ramel, y fue nombrado Senador. Fue en esta época cuando se dedicó casi exclusivamente a realizar una galería de retratos, que constituye un testimonio muy valiosa de la sociedad burguesa de su tiempo, del espíritu y las costumbres de una clase social a la que él pertenecía y que sabía dónde estaban sus virtudes y sus límites. Ingres murió a los 87 años, y está enterrado en el Cementerio de Père Lachaise, en París. La ciudad de Montauban le dedicó un museo instalado en el que fue su taller. 

Aún no sé qué obras podremos admirar en la exposición de Ingres en el Prado, así que dejo aquí algunas de las más representativas para que vayáis abriendo boca:

"El Baño Turco"

"Napoleón en su trono imperial"

"Louise de Broglie, condesa de Haussonville"

"Júpiter y Tetis"

"Edipo y la Esfinge"

"Odalisca con esclava"

Por supuesto, y como en todas las Exposiciones Temporales, también aquí BIANOR TOURS hará visitas guiadas por la exposición dedicada a uno de los mejores pintores franceses del siglo XIX. ¿Te lo vas a perder?

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domingo, 8 de noviembre de 2015

Feliz cumpleaños, Museo del Louvre

Un 8 de Noviembre de 1793 el Museo del Louvre abría sus puertas al público en París.Se convertía de esta manera en el museo más antiguo de Europa, consagrado al arte anterior al impresionismo, tanto bellas artes como arqueología y artes decorativas. Ubicado en el antiguo Palacio Real del Louvre, es uno de los museos más importantes del mundo y en BIANOR TOURS queremos hacerle un pequeño homenaje en la celebración de sus 222 años de historia.



Actualmente promueve dos subsedes, en Lens (Francia) y en Abu Dabi (Emiratos Árabes). Sus extensas colecciones son el resultado de un doble esfuerzo histórico. Al coleccionismo desarrollado por la monarquía francesa a lo largo de los siglos hay que sumarle el esfuerzo de los hombres de la Ilustración, la labor desamortizadora de la Revolución Francesa y las campañas arqueológicas y compras impulsadas durante todo el siglo XIX. La apertura del Louvre en 1793 significó, dentro de la historia de los museos, el traspaso de las colecciones privadas de las clases dirigentes (monarquía, aristocracia e Iglesia) a galerías de propiedad pública para el disfrute conjunto de la sociedad. Por ello el Louvre constituyó el precedente de todos los grandes museos nacionales europeos y norteamericanos, y de hecho fue el modelo para muchos de ellos, como nuestro querido Museo del Prado, que fue el segundo del mundo que abrió sus puertas al público. Actualmente el Museo del Louvre es el más visitado del mundo, muy famoso por sus obras maestras, siendo especialmente famosa "La Gioconda" de Leonardo Da Vinci.

  

En sus colecciones podemos encontrar antigüedades orientales, egipcias, griegas, etruscas, romanas, artes del Islam, esculturas, objetos de arte, pinturas y artes gráficas. En total suman 35.000 obras en exposición, pero los fondos del museo ascienden a 445.000 obras. Como curiosidad, decir que las salas dedicadas al arte islámico cuentan con el patrocinio y la manutención económica de países y magnates islámicos, deseosos de favorecer la difusión de su cultura en Europa. Gracias a atractivo de sus ricas colecciones y al turismo que fluye anualmente a París, el Louvre se mantiene entre los museos más visitados del mundo; a lo largo de un año recibe de media 8,5 millones de visitas frente a la media de 3 millones del Prado. Las colecciones del Louvre tienen diversos orígenes, de la misma manera que el Prado:

 - Las colecciones reales. Los monarcas franceses mostraron, ya desde el siglo XIV, afición por adquirir obras de arte debiendo destacarse la labor de Francisco I, quien protegió a Leonardo Da Vinci en su palacio en sus últimos años. Con todo, la colección real era relativamente pequeña hasta que Luis XIV adquirió las colecciones del banquero Jabach y del cardenal Mazarino. Luis XV adquirió la colección del príncipe de Carignan y Luis XVI, cuadros de las escuelas flamenca y holandesa. Antes de que le cortasen la cabeza, lógicamente.

- La Revolución Francesa significó la obtención de obras de arte para el Estado por diversos caminos: la supresión de las órdenes monásticas, la desafectación de las Iglesias y el abandono de bienes por la nobleza huida. También, entre 1794 y 1795 llegaron obras requisadas por el ejército revolucionario de Bélgica y Holanda.

-Las guerras napoleónicas significaron un notable crecimiento de las colecciones del Louvre, rebautizado como Museo Napoleón, pues los ejércitos requisaron obras en varios países invadidos (como España). Muchas de estas obras tuvieron que devolverse al caer el régimen napoleónico, pero algunas muy importantes quedaron en el Louvre como "Las bodas de Caná" de Veronés. En 1801 la firma del Concordato obligó al Louvre a devolver a las iglesias el arte religioso.

-Durante los siglos XIX y XX, la colección se incrementó mediante donaciones de coleccionistas privados, así como por una política de adquisiciones que se ha centrado sobre todo en la escuela francesa, que estaba representada de manera incompleta de acuerdo al gusto de los sucesivos reyes. Muchas obras medievales, del rococó y del romanticismo llegaron poco antes de 1900. El fondo de pintura medieval italiana creció sustancialmente gracias a que Napoleón III compró la Colección Campana, propiedad del financiero italiano del mismo apellido. Parte de ella se encuentra en el Petit Palais de Aviñón. Entre las donaciones, cabe destacar dos legados: el del difunto coleccionista Louis La Caze, que aportó en 1869 la "Betsabé" de Rembrandt y "El patizambo" de José de Ribera; y en 1935 el legado del barón Edmond de Rothschild (1845-1934), con más de 40.000 grabados, casi 3.000 dibujos y 500 libros ilustrados. En fecha reciente, el diseñador Yves Saint Laurent legó un importante retrato de Goya al Louvre.

De acuerdo a una ordenación cronológica de las colecciones nacionales, el Louvre muestra obras de arte anteriores a 1848. Casi todas las obras del siglo XIX avanzado, desde el realismo (Courbet) hasta el impresionismo y Toulouse-Lautrec fueron transferidas al Museo d'Orsay, y el arte moderno y contemporáneo se exhibe en el Centro Pompidou.


Obras destacadas       

"Autorretrato", de Alberto Durero (1493)

"La Virgen, el Niño y santa Ana"
de Leonardo da Vinci

"Las bodas de Caná", de Veronés

"Betsabé en el baño", de Rembrandt

"Victoria alada de Samotracia"

"Eros & Psique", de Antonio Canova

"Et in Arcadia Ego", de Nicolas Poussin

"La Libertad guiando al pueblo", de Eugène Delacroix

Queda así reflejado nuestras felicitaciones al Museo del Louvre en su 222º cumpleaños. Pero esta entrada no es sólo para conmemorar tanta historia ni tanto arte. También es para recordar a los lectores que el próximo 19 de Noviembre nuestro Museo del Prado también estará de cumpleaños. En el Aniversario del Prado de este año nuestro museo cumplirá 196 años, desde aquel lejano 1819 que abrió sus puertas al público por primera vez. Así que si el lector no suele ir al museo porque considera que es muy caro, está de enhorabuena: el acceso a la Colección del museo será gratuita durante todo el día. ¿A qué espera?

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