sábado, 24 de diciembre de 2016

Iconografía en Venecia

Ayer mismo volvíamos de Venecia, y quiero compartir con vosotros las imágenes que he tomado de los distintos lugares. Todos ellos relacionados, evidentemente, con la iconografía. Empecemos con Venecia, y más en concreto, con la iglesia de San Salvador. Como muchos de vosotros sabéis, San Salvador es la forma clerical para referirse a Jesús resucitado. La iglesia de San Salvador en Venecia se encuentra en el barrio de San Marco.

Chiesa di San Salvador.jpg

La construcción de la iglesia renacentista dedicada a Cristo Salvador se comenzó en 1506 sobre el solar de una edificación más antigua, posiblemente del siglo VII y ya reconstruida en el siglo XII. Veamos un poco el interior.

 

Suelos de mármol policromado que crean formas geométricas

Altar y retablo

Sin embargo, hay algunas cosas que llaman la atención de esta iglesia. Empezamos por una vidriera moderna que se encuentra en la nave lateral derecha de la iglesia. Está dedicada a la Virgen de Lourdes, aparición muy venerada también en Italia. Este es el vidrial.


Para aquellos que no lo sepan, la advocación católica de Nuestra Señora de Lourdes hace referencia a las dieciocho apariciones de la Virgen María que Bernadette Soubirous (1844-1879) afirmó haber presenciado en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave de Pau, en las afueras de la población de Lourdes, Francia, en las estribaciones de los Pirineos en 1858. Bernadette Soubirous fue proclamada santa por el Pío X el 8 de diciembre de 1933, y desde entonces la advocación de la Virgen María como Nuestra Señora de Lourdes ha sido motivo de gran veneración, y su santuario es uno de los más visitados del mundo: unas 8.000.000 personas peregrinan allí cada año. La Iglesia Católica invoca a Nuestra Señora de Lourdes como patrona de los enfermos. 

VirgendeLourdes.JPG

La representación iconográfica de la vidriera, con la Virgen y Bernadette, no tiene nada de especial. Sin embargo, fijémonos en las columnas laterales que flanquean la imagen: coronas de flores rodeando lirios, y entre ellas unas cartelas en las que se pueden leer los títulos de la Virgen en latín: Mater Christi, Mater Purissima Mater Amabilis en la columna de la izquierda; Stella Matutina, Janua Coelli y Rosa Mistica en la de la derecha. 







Los tres primeros títulos (aquellos que incluyen la palabra Mater) son plenamente aprobados por la Iglesia Católica: Madre de Cristo, purísima y amable. Hasta aquí no hay ningún problema. Ah, pero, ¿qué ocurre con los títulos de la otra columna? Pues resulta que son los títulos místicos de la Virgen, que la relacionaban con antiguos cultos paganos al Sagrado Femenino y que fueron prohibidos por la Iglesia ya en el siglo VI d.C. El primero, Stella Matutina, significa "Estrella de la Mañana" y hacía referencia en las tradiciones grecorromanas a la diosa Afrodita/Venus (curiosamente, en el judaísmo ese mismo título lo recibe el ángel Lucifer). El segundo, Janua Coeli, significa "Puerta del Cielo". Ya menciono en mi libro Símbolos del perdido Sagrado Femenino que este título era el que se le daba a ciertas sacerdotisas paganas que practicaban actos sexuales con los fieles. Y es que la manera que tenían los paganos de alcanzar la trascendencia era a través del acto sexual con la mujer, por lo que ésta era considerada la "Puerta del Cielo". Un título algo inapropiado para una virgen como María. En cuanto al último, Rosa Mística, es otro de los símbolos del Sagrado Femenino que ha pasado al cristianismo como emblema de la Virgen. En el siglo III los cristianos dibujaban rosas en las catacumbas como símbolo del Paraíso. La Rosa Mística es el Reino de Dios que todos llevamos dentro y que nos conecta con la Magna Mater.

Resultado de imagen de virgen de la rosa mistica

Pero en esta iglesia no sólo es llamativo este vitrial, moderno. En el altar mayor se encuentra una pintura titulada "La Transfiguración" de Tiziano. Pero está mal. No debería estar aquí. ¿Por qué? Porque la iglesia está dedicada a San Salvador, es decir, a Cristo resucitado. En cambio, lo que se presenta en el altar es una imagen del Cristo Transfigurado. Y no es lo mismo, ni mucho menos. 


Cambiemos ahora de escenario y desplacémonos a la iglesia-santuario de Santa María de la Gracia, también en Venecia. Encontramos aquí una obra de arte muy peculiar. Esta iglesia también recibe la advocación de San Juan Crisóstomo, y aunque es una iglesia pequeña, tiene cosas interesantes que ofrecer.

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Interior del templo

"La Coronación de ¿la Virgen?", de Tullio Lombardo



Si incluyo ese interrogante en el título de la obra no es por capricho, sino porque creo fervientemente que esa atribución fue un intento deliberado de ocultación de la verdad. En la escena escultórica se puede ver, efectivamente, a Jesús coronando a una mujer rodeado de sus apóstoles. En la parte superior del conjunto, imitando una bóveda de cañón, aparece Dios Padre rodeado de ángeles en toda su gloria. Según esto, no hay nada que se salga de lo común. Pero tenemos al menos tres argumentos en contra de tal interpretación. El primero es que la escena de Dios Padre es un añadido posterior: Lombardo no la realizó ni tenía pensado hacerlo, lo que hace que la tesis de que se represente a la Virgen pierda fuerza. Segundo, la llamada Coronación de la Virgen la realiza Jesús, cierto, pero tiene lugar en el Cielo, cuando él ya lleva tiempo en el Reino de los Cielos y su madre tiene su Asunción al mismo. Es ahí cuando tiene lugar la Coronación, cuando la Virgen muere y es ascendida a los cielos. Sin embargo, aquí Jesús no está muerto ni en el cielo, sino en compañía de sus apóstoles... y ninguno está nimbado. Y por último, esta pieza la esculpió como se ha dicho Tulio Lombardo. Su padre era Pietro Lombardo, un escultor y arquitecto bastante cercano a los círculos que frecuentaban personalidades como Leonardo da Vinci o Sandro Boticelli. Y además, estamos bastante cerca de la Iglesia de la Magdalena. Por eso considero que lo que Tulio Lombardo representó aquí no es la Coronación de la Virgen, sino el reconocimiento por parte de Jesús del linaje real que corría por las venas de María Magdalena. Aquí está su iglesia:


Levantada en el siglo XIII, es de planta circular (la única en Venecia) que imita a la arquitectura romana, y más en concreto, a los templos dedicados a Vesta. En la portada principal podemos ver que hay un símbolo grabado:


Se dice que es un símbolo masónico-templario, pero en realidad es mucho más sencillo que eso. Se trata del Delta Luminoso, el Ojo de la Providencia o el Ojo que Todo lo Ve; un emblema típico de la tradición religiosa medieval y renacentista que simboliza la omnisciencia de Dios. Tanto los masones como los templarios adoptaron este símbolo a sus respectivos credos, pero su origen es mucho más antiguo: Egipto. Se trata de la evolución simbólica del llamado Ojo de Horus. El triángulo con el ojo está a su vez inscrito en un círculo, manifestación de la Geometría Sagrada. Debajo de este emblema se encuentra una frase en latín:


Sapientia Aedificavit Sibi Domum. Es decir, "la sabiduría ha edificado aquí su casa". Resulta curioso que la misma frase aparece en el Evangelio de María Magdalena, un texto apócrifo. Se dice que en el interior de esta iglesia y de otras muchas de Venecia está escondido el tesoro de los templarios. Pero no hay ninguna prueba de ello. Para terminar ya con esta entrada me gustaría que nos acercásemos un momento a uno de los edificios más emblemáticos de Venecia: el Palacio Ducal.

  

Uno de los símbolos de la gloria y el poder de Venecia. De estilo gótico, el palacio fue la residencia de los Dogos, sede del gobierno y de la corte de justicia y prisión de la República de Venecia. A pesar de que podríamos contar muchas cosas acerca de este edificio, mi intención es llamar la atención sobre curiosidades iconográficas. Y, aunque no hay muchas, algunas hemos cazado. Ved, por ejemplo, ésta:



Se encuentra en la llamada Scala Dorada, y a lo mejor no os dice nada a primera vista. Pero si os digo que está relacionada con una escultura de la capilla de San Severo en Nápoles, quizá os vaya sonando más. En efecto, es una pequeña representación de la Verdad Velada, una de las máximas de las Escuelas de Misterios de la Antigüedad. Se dice que existe una verdad que sólo se muestra a los iniciados pero que llegará un momento en la Historia, cuando los hombres estén preparados, en que esa verdad saldrá a la luz. Y ello traerá un salto evolutivo sin precedentes en la espiritualidad humana. Y hablando de verdades ocultas y de iniciados, aquí tenemos a uno:



Un personaje con dos recipientes que está pasando líquido de uno a otro en el aire. Puede resultarnos extraño pero no lo relacionamos a priori con nada, ¿verdad? Bueno, qué tal si arrojamos un poco de luz sobre este interrogante:

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Ahora sí vemos la similitud, ¿verdad? Efectivamente es una representación escultórica del arcano XIV, La Templanza. En el caso de la carta, viene representada por un ángel que pasa agua de una jarra a otra en el mismo movimiento que la escultura. Esto representa el autodominio, el equilibrio, la moderación, el dar apoyo, la amistad, la regeneración... La Cábala lo relaciona con la letra nun, con el sígno Acuario y con el número 50. Esotéricamente lo asocian con la constelación de Virgo, mientras que en numerología el número 14 representa la transmutación, la metamorfosis y los cambios positivos, ya que es el resultado de 7+7. En el plano espiritual simboliza la presencia del espíritu en la conciencia y en los procesos evolutivos, en el plano anímico es la conciencia, la prudencia y la autocrítica; y en el plano material es la continuidad, el fluir natural de las cosas.

¿Qué más misterios nos aguardan en Venecia?

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