miércoles, 25 de marzo de 2015

"La Pasión" temporal: Rogier Van der Weyden

La prensa ha titulado a la nueva exposición del Museo del Prado "La Pasión según Rogier Van der Weyden" debido a que las obras que podemos contemplar esta vez hacen referencia precisamente a los momentos finales de la vida de Jesucristo, lo que se conoce como "La Pasión". El Prado reúne por primera vez las mejores obras del pintor flamenco. Rogier Van der Weyden o Roger de la Pasture (dependiendo de si preferimos su denominación flamenca o francesa) era originario de Tournai, una ciudad francófona de Bélgica donde debió nacer entre 1399 y 1400.

"Retrato de un hombre", atribuido autorretrato de Van der Weyden.
Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Los primitivos flamencos, insuperables en la fórmula mágica que mezcla la maestría técnica con el vuelo espiritual, el naturalismo, su capacidad evocadora y su asombrosa matemática geométrica y religiosa; vuelven a instalarse en el Museo del Prado. En realidad nunca se fueron: Brueghel el Viejo o Patinir nunca han abandonado sus salas, por lo que podemos decir que en realidad se trata de un retorno. Más en concreto, el retorno de una de las cumbres de este arte del norte de Europa: el retorno de Van der Weyden.
En la Europa del siglo XV, sólo el magisterio de Jan Van Eyck estuvo (como poco) a su altura. Por supuesto, más adelante vendrían más genios: Brueghel, El Bosco, Rubens, Teniers, Van Dyck... pero no nos adelantemos tanto en el tiempo. Rogier falleció en 1464 en Bruselas, donde fue pintor oficial. También trabajó para los duques de Borgoña. Según su amigo el cardenal Jouffroy, sus cuadros "engalanaron las cortes de todos los reyes." En 1445 el rey Juan II de Castilla (el padre de Isabel la Católica) donó a la Cartuja de Miraflores un tríptico pintado por Weyden. Es el llamado, de forma evidente, "Tríptico de Miraflores", que puede admirarse en esta exposición.

"Tríptico de Miraflores". Museo Estatal de Berlín, Alemania.

Las que en otro tiempo fueron sus obras más conocidas, cuatro enormes tablas alegóricas de la Justicia para el Ayuntamiento de Bruselas, fueron destruidas en 1695 por un incendio. Otros grandes cuadros de su mano, como "El Descendimiento", la "Virgen de Durán" o "El Calvario" se exportaron a España por distintas razones.
Ningún crítico o historiador de arte podrá explicar de manera definitiva y en toda su complejidad todas esas obras. Son piezas que se elevan muy por encima de las circunstancias de la vida cotidiana. Como su coetáneo Jan Van Eyck (fallecido en 1441) debió descubrir siendo todavía joven que, aunque era capaz de pintar el mundo natural con absoluta fidelidad, podía hacer algo más que plasmar una realidad inmediata. Tenía tanta sensibilidad para el tratamiento de las formas y las líneas que sus obras, basadas en armonías geométricas, llamaban la atención de inmediato y quedaban grabadas en la memoria. También sabía manejar el color y las formas abstractas para buscar e intensificar la respuesta emocional del espectador. Podía representar cualquier cosa con gran realismo, pero cuando le convenía ignoraba la ley del espacio y la escala, o desdibujaba la diferencia entre pintura y escultura. Sus obras son tan bellas, ambiguas y fascinantes que obligan a volver a ellas una y otra vez: siempre se descubre algo nuevo.  

"El Descendimiento". Museo Nacional del Prado, Madrid.


"La Virgen de Durán". Museo Nacional del Prado, Madrid.


"Tríptico de los Siete Sacramentos". Museo de Bellas Artes de Amberes, Bélgica.


"El Calvario". San Lorenzo del Escorial, Madrid.

La exposición de apenas 20 obras que la pinacoteca dedica hasta el 28 de Junio a una de las figuras capitales de la Historia del Arte y a algunos de sus discípulos y seguidores constituye un hecho histórico. Primero, por el ilustre pretexto que la originó. La percha de esta pequeña pero subyugante muestra (la primera de carácter monográfico sobre el artista en España) es la restauración de otra de las obras cumbres del maestro flamenco: "El Calvario" del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial. Ha sido devuelto a la vida tras un largo y difícil proceso de restauración que ha llevado cuatro años, en una cooperación entre expertos del Museo del Prado y Patrimonio Nacional. Los restauradores han conseguido que este monumental lienzo de 3,23 x 1,92 reluzca en todo su esplendor. Los detalles de la obra (pintada entre 1457 y 1464) como las lágrimas o la sangre de la frente de Cristo son quizá imperceptibles a simple vista. Pero por eso la visión de ese llanto y esa sangre se hace real en el montaje audiovisual de alta definición (4K) instalado por los comisarios de la muestra. Es imprescindible la visita a esta sala oscura para entender no solo la extrema complicación de un proceso de restauración sino también el trabajo y la obra de Van der Weyden, quintaesencia del detalle a ultranza. 
Los detalles de la sangre y lágrimas del "El Calvario", el estudio arquitectónico y de los personajes secundarios del "Tríptico de los Siete Sacramentos", acompañados de "El Descendimiento", que esconde una de las herejías de Van der Weyden; y del "Tríptico de Miraflores", que vuelve a España desde que en 1810 el general francés Jean Darmagnac se lo llevara de la burgalesa Cartuja de Miraflores y que hoy descansa en el Museo Estatal de Berlín.

"Es la primera vez, y muy probablemente la última, en que se podrán admirar juntas estas cuatro obras." advierte conmovido el comisario de la exposición Lorne Campbell (muy probablemente el mayor experto mundial del artista flamenco). Un hito en el Prado gracias al genio de un artista, a la dedicación de unos restauradores... y al flechazo que sintió un tal Felipe II por la pintura de aquel flamenco de Tournai. En vísperas de la Semana Santa, la Pasión según Rogier Van der Weyden.

Detalle de "El Descendimiento".


Siendo una exposición de estas características, Bianor Tours le invita a contemplar no sólo del arte flamenco de Van der Weyden sino de su entorno artístico: los que vinieron antes y los que llegaron después. Ofrecemos una visita guiada para conocer a Memling, discípulo de Van der Weyden; a Brueghel, a Patinir, al Bosco, a Rubens... el arte flamenco en un recorrido por toda su historia. Si desea más información no dude en ponerse en contacto con nosotros. Gracias.

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