"María Tudor", por Antonio Moro. Museo del Prado (Madrid)
De la famosa dinastía Tudor, fue la tercera mujer en acceder al trono inglés, después de la reina Matilde de Inglaterra y de su ya mencionada prima Jane Grey. Era hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, y por tanto nieta de los Reyes Católicos. Fue conocida por abrogar las reformas religiosas introducidas por su padre y someter de nuevo Inglaterra a la autoridad del Papa. En dicho proceso condenó a casi 300 disidentes religiosos a morir en la hoguera en lo que se conocieron como las "persecuciones marianas", recibiendo por ello en la historiografía protestante el sobrenombre de María la Sanguinaria (Bloody Mary, en inglés). El restablecimiento del catolicismo romano fue a su vez revertido por su sucesora y hermanastra Isabel I, hija de Enrique VIII (padre de ambas) y de su segunda esposa, la dama de compañía y después reina Ana Bolena. Cuando el esposo de María Tudor subió al trono español como Felipe II, ella se convirtió en la reina consorte de España.
El retrato que presentamos hoy es uno de los mejores de Moro, quien recibió el encargo del emperador Carlos V, el primo-hermano de María. Fue él quien acordó el matrimonio entre ella y su hijo Felipe II, boda concertada por razones políticas. Este matrimonio sólo duró cuatro años, ya que ella falleció. El plan del emperador era que los dominios de la corona de los Habsburgo incluyesen también las islas británicas, como ocurrió. Antonio Moro recibió el encargo de este retrato porque era costumbre en el siglo XVI enviar al futuro marido y a la futura esposa un retrato de su cónyuge antes del día de la boda, que sería con toda seguridad la primera vez que se verían. De manera que Carlos V encargó a Moro que viajase a Inglaterra y que retratase a la reina para poder enviar ese retrato a Felipe II. Por su parte, el joven príncipe Habsburgo encargó a Tiziano un retrato que enviaría a su vez a la reina de Inglaterra, retrato que también se conserva en el Prado.
"Felipe II con armadura", de Tiziano
Según las crónicas de la época parece que la reina declaró haberse enamorado de Felipe II al ver este retrato suyo. El punto de vista del príncipe, por otra parte, era puramente político. Él tenía 27 años y ella 38, y había declarado admirar su dignidad pero no sentir "ningún deseo carnal por ella".
En el retrato de Moro, la reina de Inglaterra viste un traje de terciopelo italiano y un sobretodo de color morado. En la mano derecha podemos ver que lleva una rosa, que es el símbolo de la dinastía Tudor. De manera muy sutil, el artista consiguió embellecer y dignificar el aspecto poco atractivo de la reina, que en otras efigies aparece pelirroja, de una palidez enfermiza y rasgos más avejentados.
No sabemos cómo reaccionó Felipe II al ver este retrato pero sí sabemos que el emperador Carlos V quedó muy complacido con el trabajo de Moro, ya que una vez resuelto el enlace se lo llevó con él en su retiro al monasterio de Yuste, señal del aprecio que le tenía.
María Tudor se enfrentó y ejecutó a muchos de los disidentes protestantes que se negaban a someterse de nuevo a la autoridad del Papa, pero también hizo frente a numerosas insurrecciones que no tenían nada que ver con la religión. Cuando decidió casarse con Felipe II por estar enamorada de él, muchas familias nobles se opusieron ya que temían que Inglaterra pasase a depender de la corona de España. Hubo también una fuerza de rebeldes que intentó destronarla para poner en el trono a su hermanastra protestante Isabel. Los dirigentes de esta rebelión popular fueron encarcelados por alta traición y ejecutados, mientras que Isabel fue encarcelada durante dos meses en la Torre de Londres y posteriormente quedaría bajo arresto domiciliario en el Palacio de Woodstock.
Escudo de María y Felipe como monarcas de Inglaterra. En la parte izquierda pueden observarse las armas de éste último y sosteniendo el escudo la figura del Águila de San Juan, tomado de la heráldica de los Reyes Católicos
En Bianor Tours tenemos muchas rutas, y una de las más recientes que hemos diseñado ha sido la Ruta de los Austrias. Basándome en la ruta por el Madrid de los Austrias, ahora también podemos conocer la historia de esta dinastía a través de las obras de arte del Museo del Prado. Su red de alianzas y enemistades políticas quedarán plasmadas en un recorrido que nos devuelve a una época de esplendor en nuestra Historia. Si desea más información, no dude en ponerse en contacto con nosotros. Gracias.
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