sábado, 3 de diciembre de 2016

El Maestro Mateo, de visita en el Prado

Efectivamente, el Maestro Mateo (c. 1150 - 1200) y algunas de sus obras han viajado desde la legendaria y sagrada ciudad de Santiago de Compostela hasta una pequeña sala del Museo del Prado de Madrid. Nos sentimos muy honrados de darle la bienvenida, y nos permitimos hacer un pequeño comentario sobre esta muestra de su arte, que se podrá visitar hasta el 26 de marzo.


Imagen relacionada

El Maestro compite con las exposiciones de Metapintura, la dedicada a Clara Peeters, y los dibujos de Ribera. Sin embargo, aunque no es una gran muestra, sí que merece mucho la pena su visita. Las obras fueron realizadas por el Maestro Mateo y su taller para la catedral de Santiago de Compostela, y ofrecen al visitante la oportunidad de ver un período dorado de la historia de la basílica, comprendido entre los años 1168 y 1211. La muestra comienza con este maravilloso, aunque tristemente incompleto, rosetón.  

Resultado de imagen para maestro mateo museo del prado

Resultado de imagen para maestro mateo museo del prado

Este rosetón, como todos los diseñados por los masones (los de la Edad Media, no los actuales), es un mandala occidental: una hermosa composición circular, símbolo de perfección celeste, que juega con la geometría y la luz para crear un juego de colores que provoque estados alterados de conciencia en los fieles. Este rosetón, al igual que la mayor parte de las piezas de esta exposición, proviene de la desaparecida fachada exterior del Pórtico de la Gloria. Como el lector puede ver, el Maestro Mateo juega en este rosetón con motivos astronómicos (media lunas y estrellas), motivos vegetales y cintas entrelazadas. Es decir, la unión del cielo y la tierra. Pero no todo es tan bonito. 

 Resultado de imagen para maestro mateo museo del prado  Resultado de imagen para maestro mateo museo del prado

Un monstruo tira de la lengua de la infortunada, mientras dos serpientes devoran sus senos. Enfrente, su compañero no tiene mejor suerte: una sierpe engulle sus testículos, un perro le muerde el pene y otros reptiles hincan sus dientes en las orejas y la cabeza. Las atormentadas figuras son dos fragmentos de las truculentas dovelas de la Catedral de Santiago que representan el castigo a la lujuria. Y lo mejor es que se esculpieron hace más de 800 años por un hombre del que apenas se sabe otra cosa que es uno de los más grandes creadores de la Historia del Arte.

Resultado de imagen para maestro mateo museo del prado elias y enoc Resultado de imagen para maestro mateo museo del prado elias y enoc

Al comenzar la exposición nos reciben a mano izquierda dos de los profetas más interesantes (por lo místico que son) del Antiguo Testamento. El primero es, sorprendentemente, Enoch. En nuestro otro blog hemos hablado ya de este personaje (la verdadera historia de Lucifer), y por eso nos sorprende encontrarlo aquí: Enoc es el bisabuelo de Noé, y todo lo que sabemos de él es lo que aparece relatado en el Libro de Enoc, uno de los pocos libros antediluvianos. Por supuesto, este texto está considerado como apócrifo por la mayoría de las Iglesias. Pero el Maestro Mateo, como buen masón que era, gustaba de defender la sabiduría secreta que recibieron los profetas como Enoc. En la representación que hace Mateo de Enoc le representa con la barba trenzada en actitud meditativa, mientras sostiene en su mano un papiro a medio desenrollar. El lenguaje de los rollos de papel en las esculturas es muy interesante. En el caso de Enoc (que al parecer recibió el conocimiento del cielo, la tierra y el inframundo de los propios ángeles), la posición del papiro muestra que algunos de sus conocimientos han sido revelados al hombre (por ejemplo la célebre Tabla Esmeralda de Hermes Trismegisto, tal y como relatamos en las tablas esmeralda de Enoc) pero otros aún permanecen en secreto y Enoc, mesándose la trenzada barba, parece meditar sobre si debe desvelarlos o no. Por otra parte, la figura de su derecha es el profeta Elías, el gran esperado del pueblo de Israel. Este profeta fue el primero que resucitó a un muerto, que predijo una gran sequía y que instauró el culto a Yahveh en la antigua Palestina combatiendo a los seguidores de la deidad Baal. Sin embargo, lo que le hace especial y lo que le pone en comparación con Enoc es que ambos fueron "raptados" al cielo. En el caso de Enoc, un rayo de luz se lo llevó a las alturas a través de los cielos hasta el Reino de Dios. Por su parte, Elías subió a un carro de fuego tirado por caballos de fuego y subió al cielo "en un torbellino". Su discípulo Eliseo recibió su manto, quedando reconocido como profeta ante los ojos de Yahveh. En tiempos de Jesús de Nazaret, gran parte del pueblo judío creyó que éste era la encarnación de Elías. A día de hoy, los judíos siguen esperando su regreso. Pues bien, la escultura de Elías que realizó el Maestro Mateo muestra su papiro completamente desenrollado, lo que apunta a que todas sus enseñanzas fueron transmitidas... pero aparece señalando un punto del papiro, como si la enseñanza que allí se hallase escrita fuese más importante que las demás. Por desgracia, la inscripción (si es que la hubo) se ha perdido. Por último, tanto Enoc como Elías portan un báculo en forma de tau (la letra "T" griega), que era el símbolo de los grandes maestros constructores dentro de la masonería, como el Maestro Mateo.


   Resultado de imagen de maestro mateo museo del prado

Y hablando de Mateo, aquí tenemos una de las joyas de la exposición. Estaba integrada en el antiguo coro, que fue destruido: una representación de San Mateo escribiendo su evangelio. Sorprende el realismo de su rostro, y no son pocos los que dicen que se trata de un autorretrato. La otra pieza que formaba parte del coro que podemos encontrar en la exposición es una que hacía esquina: tres caballos que representan la salida de los Reyes Magos hacia Belén después de haber hablado con Herodes. En esta pieza todavía se pueden ver restos de la policromía original.

Resultado de imagen de maestro mateo museo del prado


No menos impresión causan las dos esculturas siguientes, pertenecientes a la desaparecida fachada. Últimamente han surgido dudas acerca de su identificación. Durante los últimos años se pensaba que eran Abraham e Isaac, presentados como patriarcas de Israel. Esta teoría se fundamenta en las otras dos esculturas que les acompañan, representando a David y Salomón. Serían así una pareja de padres-hijos. Sin embargo, en los últimos años se ha planteado la posibilidad de que representen a Jeremías y Zacarías, profetas que anunciaron la llegada de la Nueva Jerusalén, o Jerusalén Celeste. Eso explicaría los papiros en sus manos (ya que reflejarían las profecías) y la pretensión de los edificadores de la catedral de Santiago de que ésta fuese una representación terrenal de la Jerusalén Celeste, pero como no hay elementos iconográficos que nos permitan distinguirlos, no podemos saberlo a ciencia cierta. Un detalle curioso es que estas dos esculturas pertenecen a la familia Franco. La historia de cómo el general se hizo dueño de este tesoro artístico es tan simple como los mecanismos que movían el Régimen. Rescatadas del abandono en los jardines del colegio de Fonseca, vecino a la catedral, se ofrecieron en venta al Cabildo, que los rechazó. Acabaron en la puerta del Ayuntamiento de Santiago hasta los años 60, cuando el alcalde de turno las regaló al dictador. Desde entonces permanecen en la casa que los Franco tienen en A Coruña.

  Resultado de imagen de rey david maestro mateoResultado de imagen de rey david maestro mateo

Al otro lado de la sala podemos encontrar a los dos grandes reyes de Israel que hemos mencionado hace un momento: David y Salomón. Ante la identificación de estos personajes no hay ninguna duda. En el caso de David, porque aparece tocado con una corona y tocando un arpa, en la representación clásica medieval del monarca. Aunque en la Biblia se dice efectivamente que era un gran músico, destaca sobre todo su actividad como guerrero. De hecho, fue él quien quiso construir el templo de la divinidad, pero no pudo hacerlo por tener las manos manchadas de sangre. Ese destino le correspondió a su hijo Salomón, que aparece a su lado, el rey sabio, justo y pacificador que finalmente construiría el famoso Templo de Salomón en lo alto del monte Sión en Jerusalén. Por curiosidades de la historia, pasaría lo mismo muchos siglos después: Carlos de Habsburgo quería construir un gran complejo arquitectónico para mayor gloria de Dios, pero hubo que esperar un tiempo para que fuese su hijo Felipe II el que llevase a cabo la sagrada y ambiciosa empresa, dando origen a lo que hoy conocemos como el Real Sitio de San Lorenzo del Escorial.... donde, por cierto, también hay una representación de David y Salomón en una fachada. Pero no nos desviemos del tema. La identificación de Salomón se realiza de manera casi inmediata: colocado al lado de su padre David, aparece también tocado con una corona mientras sostiene un cetro, símbolo de poder sacro-real. Como el lector puede ver, la cabeza se conserva en muy buenas condiciones... pero eso es porque es una copia. Tristemente, la escultura de Salomón perdió la cabeza en el siglo XVII y tuvo que ser sustituida por esta, de evidente peor calidad. La ignorancia es muy atrevida, decía el sabio.

Resultado de imagen de rey david maestro mateo

Imagen relacionada

Estamos terminando. Las dos esculturas que nos quedan por comentar son las más interesantes por lo enigmáticas que son. De la primera ya hablamos en este mismo blog (los secretos del Maestro Mateo): una escultura decapitada que sostiene en sus manos una enorme cartela, cuyo texto se ha perdido. Se dice que es un profeta, pero no se corresponde con la representación de los que ya hemos visto. Es un hombre que aparece descalzo, nimbado pero no alado (lo que descarta que sea un ángel) y con una cartela fuera de lo común por sus dimensiones y por la extraña manera de sujetarla. Aunque este elemento sería identificativo de los profetas del Antiguo Testamento, no es habitual representarlos con nimbo. Su identidad seguirá siendo un misterio.

Resultado de imagen de maestro mateo museo del prado david y salomon

La última pieza es la que más interrogantes causa. Otra pieza decapitada, sentada, vestido con un manto y empuñando una espada. Lamento no haber encontrado una imagen mejor que ésta, supongo que es una pieza que no llama tanto la atención por lo poco que se sabe de ella. Se dice que representa al rey Fernando II, artífice de la catedral de Santiago y primer patrón conocido del Maestro Mateo. Otros dicen que se trata de un rey del Antiguo Testamento o incluso del propio apóstol Santiago, identificado aquí como Santiago Matamoros. Quién sabe. Tal vez el tiempo nos dé la respuesta.

Resultado de imagen de sculpture

Aquí termino. Sólo decir que es una oportunidad única de ver la "gloria" del Maestro Mateo en nuestro querido Museo del Prado. De lo mejor que ha dado el arte medieval. Diez esculturas que son reflejos del Pórtico de la Gloria, geografía animal, humana y divina, inquietante laberinto de rostros y gestos. Cielo e infierno, el fin de los siglos congelados en un instante, la evolución del románico al gótico. Cómic de piedra, videoclip inmóvil creado para atemorizar o iluminar, tanto da, a un pueblo en el que muy pocos sabían leer.

Resultado de imagen de portico de la gloria

No hay comentarios:

Publicar un comentario