domingo, 12 de febrero de 2017

Simbología "peculiar" en Toledo

Ayer mis padres y yo nos fuimos en un viaje organizado a Toledo, a visitar las numerosas obras de arte arquitectónicas que tiene para ofrecer la ciudad del Tajo. Y bien sabéis que yo, allá donde voy, voy fijándome en aquellos elementos iconográficos y simbólicos que se salgan de lo normal, que chirríen con la ortodoxia de la época. Peculiaridades iconográficas, vaya. Bien es cierto que hablar de "peculiaridades" en Toledo no tiene mucho sentido, ya que la riqueza religiosa y cultural en esta ciudad fue tal que cualquier iglesia, cualquier sinagoga o mezquita es peculiar en sí misma. Sin embargo, vamos a analizar aquí algunos de los símbolos llamativos (aunque no por ello extraños) que estaban ocultos a la vista de todo el mundo. Empezamos con un detalle interesante de nuestra primera parada: la Sinagoga del Tránsito, edificio del siglo XIV.

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Interior de la sinagoga

Centrándonos en el muro donde se encuentra el hejal (lugar sagrado donde depositar los rollos de la Torá) podemos encontrar algunos detalles curiosos en la yesería. Conviene recordar que este edificio se construye cuando la ciudad está bajo dominio cristiano, pero es un templo religioso de y para los judíos... aunque edificado por musulmanes. Una riqueza cultural difícilmente igualable, y eso se hace notar. En la yesería del muro este, con el hejal, podemos encontrar numerosos motivos como estos:

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Son dos los símbolos interesantes de esta yesería. El primero es esa figura geométrica circular de numerosos trazos circunscritos y en cuyo centro, algunas veces, aparece una flor. Ése símbolo es una mezcla entre la geometría sagrada (la llamada flor de la vida) y la Cábala judía. ¿Podrían los arquitectos musulmanes haber tenido contacto con los rabís judíos e iniciarse en la Cábala? Todo es posible. Pero hemos dicho que hay dos símbolos llamativos en esta yesería. El segundo lo encontramos en la esquina superior izquierda de esta misma fotografía superior: es una concha. Un símbolo que nos puede parecer típicamente cristiano por relacionarlo con el bautismo o con la peregrinación, pero también es un poderoso símbolo del islam, reflejando las aguas primordiales sobre las que flotaba el espíritu de Alá. Pero tanto el cristianismo como el islam lo toman de una tradición anterior: el paganismo. La concha es el símbolo de la diosa Venus.

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La Flor de la Vida, importantísima en Geometría Sagrada

Pero hay otro símbolo destacable en la Sinagoga del Tránsito, que nos puede pasar también desapercibido. Seguramente mis lectores saben que el islam prohíbe la representación iconográfica de dios, hombres o animales; al considerarse un acto de creación y por lo tanto reservado y exclusivo de Allah. Así que la decoración de sus mezquitas la realizan a base de tipografía coránica, de motivos geométricos y vegetales, que es justo lo que vemos en la siguiente imagen.


En este caso, los motivos vegetales son ramas y hojas de la flor de lis, pero sin la flor. Según parece, hace referencia a la leyenda musulmana según la cual Mahoma, momentos antes de ascender a los Cielos en el lugar donde hoy se encuentra la Mezquita de la Roca, en Jerusalén, recibió la visita del arcángel Gabriel. Éste se agachó, tocó el suelo con su mano, y de ahí brotó una flor de lis (un lirio). El ángel se lo entregó a Mahoma y le dijo que su mensaje debía unir al cielo, a la tierra y a lo que está debajo de la tierra. Así, el lirio en el islam se convierte en un símbolo de paz y unidad. En el cristianismo es un símbolo de pureza, asociado comúnmente a la Virgen.  

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Bien, nos desplazamos ahora hasta la iglesia de San Román, construida en el siglo XIII sobre una antigua basílica visigótica y, muy probablemente, un templo romano. Aunque hay muchas cosas que decir sobre este templo, no es la intención de esta entrada ni tampoco disponemos de tiempo para ello. Sólo quiero llamar vuestra atención sobre algunas de las pinturas murales de su interior. 

 Imagen relacionada

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Empecemos con ésta. Es una representación de tres de los cuatro vivientes (el cuarto se encuentra en el muro contiguo), identificados en el cristianismo con los cuatro evangelistas. Esta iconografía daría para una entrada aparte, así que sólo llamaré la atención sobre un detalle concreto. Podemos ver que los tres vivientes (identificados, de derecha a izquierda, con Marcos, Mateo y Lucas) tienen cuerpo de hombre y cabeza de animal, excepto Mateo que es todo hombre. Sabemos cómo funciona la simbología de los cuatro vivientes o tetramorfos: Mateo - Hombre, Marcos - León, Lucas - Buey, Juan - Águila. Esta iconografía es muy usual, y se repite a lo largo de toda la historia del arte. Lo que ya no es tan corriente es encontrar este tipo de iconografía: cabeza de animal y cuerpo de hombre. Normalmente se representaba al animal completo con alas y posteriormente al hombre con el animal al lado. Este cruce entre hombre y animal no tuvo mucho arraigo... porque la Iglesia se preocupó de que así fuera. Y es que nos tiene que recordar a algo. Algo pagano, concretamente. Exacto, es la misma simbología que los dioses egipcios: cuerpo de hombre y cabeza de animal. Incluso el halo de santidad, el disco luminoso detrás de las cabezas de los evangelistas, tiene su eco en la representación del disco solar egipcio.

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Esta influencia de la religión egipcia en la iconografía cristiana no debería sorprendernos lo más mínimo, pues el cristianismo es una de las religiones más sincréticas que he tenido la oportunidad de estudiar. El sincretismo consiste precisamente en eso, en adaptar dogmas iconográficos y simbólicos de unas religiones a otras, como los halos de santidad, por ejemplo. Pero el cristianismo no sólo "copió" elementos de la religión egipcia: también podemos encontrar en su doctrina simbólica huellas de las tradiciones persa, caldea o, por supuesto, hebrea. Y también griega, tal y como explicaremos enseguida, ayudados por otro fresco de la iglesia de San Román.

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A mano derecha podemos ver una espantosa criatura alada (me refiero al monstruo, evidentemente, no al ángel). Se trata, muy probablemente, de la "serpiente antigua, que es Satanás" a la que se refiere Juan en el Apocalipsis. De tal manera nos lo explicó el guía, y estoy de acuerdo con él. La representación del Demonio como dragón siendo sometido por San Miguel (que no se ha conservado) es bastante común en el Románico. Pero hay una cosa en la que no estoy de acuerdo con él. Nos dijo que, a pesar de que el Apocalipsis habla de un dragón, el artista de San Román ha representado a la criatura con los cuartos traseros de un león y con cola serpentina terminada en una aleta. "Seguramente se equivocó", dijo. Bueno, pues no. No se equivocó, esta gente no se equivocaba en las representaciones de un lugar sagrado, una actividad que para ellos era en sí misma sagrada. No, el pintor no se equivocó al representar un dragón, sino que su inspiración, me parece, le pasó inadvertida a nuestro guía. El artista se basó en las quimeras de la mitología griega. No es que su intención fuese representar una quimera, sino que utilizó elementos de distintos animales (cabeza y cola de reptil, alas de águila, cuartos traseros de león y apéndice de pez) para representar al dragón del Apocalipsis, en lo que es en toda regla una quimera. Aunque no LA quimera. Espero haberme explicado. Pero mira, ya que estamos en el tema de las interpretaciones (a mi juicio) incompletas, me gustaría también hacer un apunte que considero necesario. Al otro lado de la estancia en la que se muestra el dragón, aparece esta escena de Eva y Dios.  

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Dejando de lado el hecho de que el rostro de Yahveh (dios del Antiguo Testamento, creador del hombre) sea el de Jesús, al respecto de esta iconografía surgió una duda colectiva, que planteo a los lectores: este momento, ¿es antes o después del Pecado Original? Como es de imaginar, las opiniones estaban divididas. Pero recordemos: estamos en una época en la que la mayoría de la gente no sabía ni leer ni escribir ni entendían los sermones en latín de los sacerdotes. La pintura y escultura se convirtió en el único medio de transmisión de conocimientos al pueblo, concretamente en lo referente a la historia sagrada. Es decir, que una pintura no podía tener un significado confuso porque la gente TENÍA que entenderlo. ¿Qué ocurre? Que nosotros tenemos la cultura religiosa mucho más olvidada que nuestros antepasados castellanos, y nos hemos olvidado de algo importante en lo que respecta al pasaje que representa esta pintura. Que, por cierto, representa el antes del Pecado Original, cuando Dios está advirtiendo a Adán y Eva que pueden comer de cualquier árbol del Edén excepto del que se encuentra en el centro del mismo, el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal (que se entiende es el que aparece en la pintura). La pregunta que surge nada más plantear esta cuestión es: "si eso es así, ¿por qué Eva se cubre?" Evidentemente, por la sensibilidad religiosa de la época. Que Eva se cubra los genitales cual Venus Púdica no es prueba de que ya haya comido el fruto del Bien y del Mal, porque entonces no tendría necesidad de taparse. El propio Génesis dice que, nada más comer del árbol, se dieron cuenta de que estaban desnudos y se hicieron unos delantales con hojas de higuera, antes de que Dios descubriese su acción. O lo que es lo mismo, si el artista hubiese querido representar el momento posterior al pecado original, Eva no tendría necesidad de taparse debido a que la hoja de higuera lo haría por ella. Claro que también el artista podría haberse alejado del relato del Génesis, y entonces mi interpretación carecería de fundamento. Quizá algún día sepamos la respuesta. 


Son muchos los enigmas y datos que encontramos sobre Toledo, tantos que podríamos estar aquí días y días y nos dejaríamos cosas en el tintero. Nos queda hablar del puente de San Martín y de la Virgen Negra de Tiro que lo custodia, los mensajes ocultos que dejó Juan Guas grabados en la piedra en el monasterio de San Juan de los Reyes, de la portada alquímica de la Catedral, de la Virgen Blanca de su interior situada encima de un pozo natural y vinculada con el Sagrado Femenino, de la arquitectura sufí presente en la mezquita del Cristo de la Luz y de su Maiestas Domini inscrito en la mandorla, símbolo de la matriz femenina primordial y origen del Todo, de las grutas y cavidades subterráneas por donde se dice que anduvo la Mesa de Salomón... pero tampoco quiero agotar a nuestros lectores. Lo mejor es que se animen y se acerquen a visitar la ciudad que se levanta orgullosa sobre la peña bordeada por el Tajo. Visitar la Ciudad de las Tres Culturas y las Cinco Artes Medievales nunca está de más. Adelante, no seáis tímidos y reservad un fin de semana para acercaros. Toletvm os espera.

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