sábado, 31 de enero de 2015

Tocando el Prado

Desde el día 20 de enero hasta el 28 de junio, el Museo del Prado presenta al público la exposición "Hoy toca el Prado". Con el patrocinio de la Fundación AXA y con la colaboración de la ONCE, se trata de la primera iniciativa accesible a personas con discapacidad visual a través de la innovación y la tecnología. Gracias a ellas seis obras, representativas de los diferentes géneros del Museo, pueden ser tocadas por los visitantes.
Desarrollado con la colaboración de profesionales con discapacidad visual, este proyecto permite percibir la realidad de la pintura representada para recrearla mentalmente en su conjunto y lograr una percepción emocional de la obra. Además de las imágenes tridimensionales la exposición cuenta con material didáctico adicional como textos en braille, audioguías gratuitas y gafas opacas de cartón para facilitar la experiencia a los videntes plenos.

Las 6 obras con las que cuenta la exposición son:


1. Noli me tangere, Correggio (1525)


2. La Fragua de Vulcano, Velázquez (1630)
Velázquez - La Fragua de Vulcano (Museo del Prado, 1630).jpg


3. El Quitasol, Goya (1777)


4. La Gioconda, taller de Leonardo Da Vinci (1503-1519)


5. El Caballero de la mano en el pecho, El Greco (1580)


6. Bodegón, Juan van der Hamen (1627)



En el caso de los dos retratos y el bodegón, la escala que han utilizado los expertos es la 1:1, es decir, son reproducciones a escala real. Así describe Fernando Pérez, comisario de la exposición, que "al tocar el tulipán tiene el tamaño de un tulipán real o que la mano del Caballero es parecida a nuestra mano." Resalta también lo imprescindible de las explicaciones de la audioguía para el recorrido táctil: indica dónde debemos poner nuestras manos y el recorrido que debemos hacer para ir descubriendo las distintas figuras.
El éxito de la exposición se puede palpar en su primera semana, en la que muchas personas ciegas ya la han visitado. Por ejemplo, Carlos Galindo dice de "La Gioconda": "la cara es fácilmente reconocible con las manos: los ojos, la boca... puedes tocarla e identificarla rápidamente. Pero por ejemplo los brazos no los encontraba, así que sí se necesita de la audioguía que te vaya comentando cosas para tú poderlas distinguir, porque no es lo mismo un golpe de vista que el tacto poquito a poco." Ya son muchos los que se han acercado al Museo para disfrutar del Arte tocando algunas de sus obras más famosas.

 
                                 
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Esta exposición puede encontrarse en la Galería Norte de la Planta 0 del Edificio Villanueva. En esta ocasión, Bianor Tours no ofrece una visita guiada por la exposición debido a la audioguía gratuita que se obtiene al comienzo de la misma. No obstante, si desean información sobre nuestros recorridos, no duden en ponerse en contacto con nosotros. Gracias. 

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martes, 30 de diciembre de 2014

Un aragonés en la capital

"Goya en Madrid". Así se titula la exposición del Museo del Prado (28 Nov. - 3 May.) que concentra algunos de los famosos cartones para tapices que realizó Goya, exhibidos al lado de los de otros artistas junto con pinturas y esculturas que le pudieron servir de modelo. En esta entrada vamos a hablar un poco sobre la vida y obra de Goya, haciendo también algunos incisos sobre la exposición.

En primer lugar hay que saber que los cartones para tapices de Goya expuestos en estas salas normalmente se encontraban en la segunda planta del Museo del Prado. Debido a que esa planta necesitaba una remodelación, esta exposición es una excusa para poner los cartones en otro lugar donde pueda verlos el público.

¿Por qué se llama "Goya en Madrid"? Es muy sencillo: desde 1771, Goya estaba trabajando en Zaragoza en pinturas murales y religiosas. Pero en 1775, el aragonés es llamado a Madrid por orden del rey Carlos III para pintar algunos cartones que servirían para confeccionar los diversos tapices que decorarían los palacios reales. La confección de tapices para las dependencias de la realeza española habían sido un empeño de los Borbones que se ajustaba al espíritu de la Ilustración, pues se trataba de una empresa que fomentaba la industria de calidad. Goya comienza a trabajar en esos cartones por encargo de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara en 1775, terminando su labor en 1792. No es el único: otros artistas son convocados para este trabajo, como Mariano Salvador Maella, Antonio González Velázquez, José Camarón o José del Castillo. Todos ellos son supervisados por Francisco Bayeu, maestro y cuñado de Goya; y en última instancia por Anton Raphael Mengs. Este artista fue además el rector del gusto neoclásico en España, Así Goya comienza su labor, menor como pintor, pero importante para comenzar a introducirse en los círculos aristocráticos. La mayoría de los expertos, como Valeriano Bozal o Nigel Glendinning clasifican los cartones para tapices en cuatro series, expuestas a continuación:

Primera serie: realizada en 1775, consta de nueve cuadros de tema cinegético realizados para la decoración del comedor de los Príncipes de Asturias (los futuros Carlos IV y María Luisa de Parma) en El Escorial. A esta serie pertemecen "La caza de la codorniz", aún muy influido por la técnica de Bayeu; "Perros en traílla" o "Caza con mochuelo y red".

"Perros en traílla". Museo del Prado, Madrid

Segunda serie: se pueden distinguir dos grupos de encargos cuyo tema es la representación de los diversiones populares, generalmente de ocio campestre, como correspondía a la ubicación del Palacio de El Pardo. Por ello se insiste en localizar las escenas a orillas del Manzanares. Existen dos subgrupos, los destinados al comedor de los Príncipes en el Palacio (1776-1778) y los realizados para el dormitorio de dicho palacio (1778-1780). Hay autores que clasifican este segundo grupo como una serie aparte, entre ellos Janis Tommelson. El primer grupo comienza con "La merienda a orillas del Manzanares", inspirado en el sainete homónimo de Ramón de la Cruz. Le siguen "Paseo por Andalucía", "Baile a orillas del Manzanares" y quizá su obra más lograda de esta serie: el conocido popularmente como "El quitasol".
Para la antecámara y el dormitorio principesco pintó Goya "La novillada", donde gran parte de la crítica ha querido ver un autorretrato de Goya en el joven torero que mira al espectador: "La feria de Madrid" (ilustración de un pasaje de El rastro por la mañana, otro sainete de Ramón de la Cruz), "Juego de pelota a pala" y la más importante de esta parte: "El cacharrero", donde muestra su dominio del lenguaje del cartón para tapiz: composición variada pero no inconexa, varias líneas de fuerza y distintos centros de interés, reunión de personajes de distintos estratos sociales, calidades textiles en el bodegón del primer término, dinamismo en la carroza, difuminado retrato de la dama del interior del carruaje y, en fin, una plena explotación de todos los recursos que este género de pinturas podía ofrecer.

File:El Quitasol (Goya).jpg
"El quitasol". Museo del Prado, Madrid

"El cacharrero". Museo del Prado, Madrid

Tercera serie: tras un periodo (1780-1786) en el que Goya emprendió otros trabajos (como ejercer de retratista de moda entre la clase pudiente madrileña o la recepción del encargo de pintar un cuadro para San Francisco el Grande en Madrid y una de las cúpulas de El Pilar), retoma su trabajo como oficial en la Real Fábrica de Tapices en 1786 con una serie dedicada a ornamentar el comedor del Palacio de El Pardo. 
El programa decorativo comienza con un grupo de cuatro cuadros alegóricos a las estaciones del año (entre los que destaca "La nevada" o "El Invierno" con su paisaje de tonos grisáceos y el dinamismo de la escena), para continuar con otros de alcance social, como "Los pobres en la fuente" o "El albañil herido"
Además de los trabajos dedicados a decorar el comedor de los Príncipes se han documentado algunos bocetos realizados como preparación para el ornato del dormitorio de las infantas del mismo palacio. Entre ellos encontramos una obra maestra, "La pradera de San Isidro", que es más audaz en los bocetos y más "moderno" (por su pincelada enérgica, rápida y suelta) que en los lienzos. 
Debido a la inesperada muerte del rey Carlos III en 1788 este proyecto quedó interrumpido, si bien otro de los bocetos dio lugar a uno de sus más conocidos cartones: "La gallinita ciega".

"La nevada" o "El Invierno". Museo del Prado, Madrid

"La pradera de San Isidro". Museo del Prado, Madrid

"La gallinita ciega". Museo del Prado, Madrid

Cuarta serie: con destino al despacho del recién proclamado rey Carlos IV en El Escorial, Goya emprende la ejecución de otra serie de cartones entre 1788 y 1792 cuyos temas adquieren matices satíricos, aunque siguen dando cuenta de aspectos alegres de la sociedad española de su tiempo. Así aparecen de nuevo los juegos al aire libre protagonizados por jóvenes, como en "Los zancos"; por muchachos, como en "Las gigantillas" o por mujeres, como en "El pelele"; donde parecen regocijarse en el desquite de la posición social del hombre manteando un muñeco grotesco. 
Comienzan en esta serie a aparecer los comentarios críticos a la sociedad de su tiempo que se desarrollarán más adelante, especialmente en su obra gráfica cuyo ejemplo más temprano es la serie de Los caprichos. Aparecen ya en estos cartones rostros que anuncian las caricaturas de la época posterior, como el rostro simiesco del novio en "La boda".

   
"La boda". Museo del Prado, Madrid

Una vez terminados, todos estos cartones se tejían en tapiz y se ubicaban en la pieza a la que se le destinaban en los palacetes reales. La mayor parte de la obra se encuentra resguardada en el Museo del Prado, aunque existen algunos cartones en las pinacotecas de otras naciones. En 1858 pasaron al sótano del Palacio Real de Madrid, donde algunos fueron hurtados en 1870. Ese mismo año Gregorio Cruzada (historiador y crítico de arte, periodista y poítico) se dio a la tarea de catalogarlos y mostrarlos al público en el Museo del Prado. Aparecieron por primera vez en el catálogo oficial de la institución en 1876. Sin embargo, algunos pequeños modellos (pintados por Goya para la aprobación de los temas) se hallaban en manos de los duques de Osuna, cuyos descendientes los subastaron en 1896. En esa subasta algunas pinturas fueron compradas por el Prado y otras por coleccionistas como Pedro Fernández Durán y José Lázaro Galdiano, permaneciendo en España. 
Con este encargo Goya puede crecer como artista y elevar su condición social, que le convierte en un cotizado pintor para los altos círculos matritenses. En 1789 obtiene el ansiado cargo de Pintor de Cámara de Carlos IV (el antaño príncipe) y algunos años atrás fue admitido en la prestigiosa Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la que llegó a ser Teniente Director de Pintura. 

Esta exposición de Goya puede encontrarse en las Salas A y B de la Planta 0 del Edificio Jerónimos. Bianor Tours dispone de una visita guiada por la exposición así como una ruta por la pintura que exhibe el Museo y de la que Goya es parte honorífica. Se habla de sus pinturas en la corte de Carlos IV así como la última etapa de su vida (Fusilamientos y Pinturas Negras). Si desean más información sobre estos recorridos, no duden en ponerse en contacto con nosotros. Gracias. 

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viernes, 21 de noviembre de 2014

El poeta del emperador: Tiziano Vecellio

Con motivo de la muestra "Tiziano: Dánae, Venus y Adonis. Las primeras Poesías" he decidido dedicar esta entrada al artista italiano y a la relación pictórica que mantuvo con un joven Habsburgo que llegaría a convertirse en el rey Felipe II de España. 
Recibe el nombre de "poesías" el conjunto de obras mitológicas que Tiziano pintó para Felipe II entre 1553 y 1562, cuando éste aún era príncipe. Se denominan "poesías" porque Tiziano busca en su realización el deleite de los sentidos, ajenas a interpretaciones moralizantes o simbólicas. Al referirse así a sus obras, Tiziano se asimilaba a los poetas y proclamaba su libertad para interpretar los textos que visualizaba, principalmente de "Las Metamorfosis" de Ovidio, pero también para suplirlos con la imaginación cuando lo exigía la lógica dramática. Así sucede por ejemplo en "Venus y Adonis", siendo de su invención el episodio en que Adonis intenta deshacerse del abrazo de Venus, ausente en las fuentes escritas.


 
                           "Venus y Adonis". Museo del Prado, Madrid (expuesta)

Tiziano concibió las "poesías" como demostración de ingenio: más allá de su naturaleza mitológica, la temática de las obras resultaba irrelevante siempre que permitiera visualizar ciertas ideas estéticas, principalmente la capacidad de la pintura para transmitir emociones y la superioridad de la pintura sobre la escultura, así como del colorito frente al disegno. La idea de que la pintura es superior a la escultura quiere demostrarlo Tiziano pintando a esa Venus desnuda de espaldas en "Venus y Adonis" mientras que presenta a su "Dánae" desnuda pero de frente al expectador. Esto sugiere la defensa de Tiziano de que la pintura, al igual que la escultura, se puede apreciar desde varios ángulos y puntos de vista. 


     
"Dánae". Museo del Prado, Madrid (expuesta)

La exposición se centra en las primeras poesías que recibió Felipe: "Dánae" (1553) y "Venus y Adonis" (1554) fueron versiones de otras anteriores pero revestidas del prestigio de su propietario que se convirtieron a su vez en modelo para múltiples réplicas. 

"Dánae" ilustra su seducción por Júpiter en forma de lluvia de oro. Tiziano pinta su primera versión en 1544-1545 para el cardenal Alessandro Farnese. Ésta sirvió de modelo para la de Felipe, que sustituye a Cupido por una anciana celadora que enriquece la pintura al brindar sofisticados contrapposti: juventud contra vejez, belleza contra fealdad, figura desnuda frente a figura vestida... La "Dánae" de Felipe permaneció en la Colección Real Española hasta la Guerra de Independencia. Figuraba entre las pinturas que José Bonaparte quiso llevarse de España, pero que fueron incautadas por el duque de Wellington. El británico escribiría al entonces rey Fernando VII para devolverlas a España, ya que pertenecían a la corona. El monarca contestó diciendo que se las podía quedar en calidad de botín de guerra, que él no estaba interesado en recuperarlas. De manera que la primera pintura que realizó Tiziano para Felipe II acabaría en la privada Wellington Collection, en Londres. Por suerte tenemos la oportunidad de admirarla en la exposición después de una restauración minuciosa.

 
"Dánae" para Alessandro Farnesio

"Dánae" de la Wellington Collection (expuesta)

El tamaño original de la "Dánae" para Felipe II y que acabó en manos del duque de Wellington era similar al de "Venus y Adonis", pero a finales del siglo XVIII se eliminó el tercio superior. Por descripciones y copias antiguas se sabe que incluía el rostro de Júpiter y un águila con los rayos, atributo del dios.
Hacia 1565 Tiziano pintó una tercera "Dánae" autógrafa (Museo del Prado) quizás para el mercader Francesco Vrins; una obra abiertamente erótica como sugiere la completa desnudez de Dánae y la mano separando sus piernas. Velázquez la compró en su primer viaje a Italia (1629-1631), vendiéndola en 1634 a Felipe IV.

Tiziano pintó un primer "Venus y Adonis", conocidos por copias, en la década de 1520 retomando el asunto varios años después y que sirvió de inspiración para la de Felipe. Esta pintura pareció a sus contemporáneos la más erótica de la serie por la exhibición de las nalgas de Venus, la parte de la anatomía femenina que más excitaba la imaginación masculina en aquél entonces.

La importancia de estas tres obras estriba en su extraordinaria calidad, no en su novedad ya que replican composiciones previas. Así lo corrobora la documentación técnica, que revela la utilización total o parcial de calcos en su realización. Pero si algo demuestra esta exposición es que cuando se trata de Tiziano la calidad no depende tanto de la cronología como del empeño del pintor, y que éste respondía a la identidad del destinatario y al precio pagado por su trabajo. La "Dánae" de la Wellington Collection de Londres y "Venus y Adonis" han sido expresamente restaurados para la exposición.

Junto a la "Dánae" de Londres y la "Venus y Adonis" del Museo del Prado, la serie de "Poesías" incluye también las obras que siguen a continuación. Todas ellas fueron acordadas por Tiziano y Felipe II en Augsburgo en 1551, y fueron ideadas para exhibirse conjuntamente, aunque no para un espacio concreto.

      
"Perseo y Andrómeda". Wellington Collection, Londres

"Diana y Calisto". National Gallery, Londres

"Diana y Acteón". National Gallery, Edimburgo

"El Rapto de Europa". Isabella Stewart Gardner Museum, Boston

Estas seis obras maestras forman probablemente el conjunto mitológico más influyente de la Historia del Arte. Es imposible entender a Veronés, Rubens o Carracci sin ellas según opina Miguel Falomir, jefe del departamento de Pintura Italiana y Francesa (hasta 1700) del Museo del Prado. Gracias a la solicitud que hizo Falomir a la Wellington Collection de Londres para restaurar un cuadro que se encontraba en un estado de conservación no muy bueno y que no se exponía al público se pudo dar a conocer que esa "Dánae", y no la del Prado como se creía, es la que pintó Tiziano para Felipe II. En su 195 Aniversario no ha sido el Museo del Prado quien ha recibido un gran regalo, sino la Wellington Collection. Lord Douro (hijo del actual duque de Wellington y heredero del ducado) y su esposa visitaron el pasado 19 de Noviembre la sala donde fue expuesto su flamante Tiziano, quedando "muy complacidos por la magnífica restauración."

Esta exposición de Tiziano puede encontrarse en la Sala 40 de la Planta 1 del Edificio Villanueva. Bianor Tours dispone de una visita guiada por la exposición así como una ruta por la pintura mitológica que exhibe el Museo y de la que Tiziano fue artífice y fundador. Si desean más información sobre estos dos recorridos, no duden en ponerse en contacto con nosotros. Gracias. 

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jueves, 6 de noviembre de 2014

Bernini, el Arquitecto de Dios

Con motivo de la exposición del Museo del Prado "Las Ánimas de Bernini. Arte en Roma para la corte española." he decidido dedicar esta entrada a la figura de uno de los más notables artistas del s. XVII: Gian Lorenzo Bernini.


Nació en Nápoles en los últimos años del s. XVI, un 7 de diciembre de 1598 y dedicó su vida a la arquitectura, escultura y pintura; trabajando sobre todo en Roma. Es considerado el más destacado escultor de su generación, así como creador del estilo escultórico barroco.

Bernini poseía la habilidad de plasmar en la piedra escenas cargadas de gran fuerza dramática, representar en sus esculturas intensos estados psicológicos y componer conjuntos dotados de una extraordinaria grandeza. Su habilidad para tallar el mármol llevó a que fuese considerado digno sucesor de Miguel Ángel, muy por encima de sus coetáneos y en especial de su gran rival, Alessandro Algardi. La imagen que nos ha legado la Historia nos dice que era un hombre profundamente religioso, que puso su arte al servicio de la Contrarreforma. Sin embargo, es sabido que Bernini utilizaba la luz como un destacado recurso metafórico para completar sus obras, en ocasiones con puntos de iluminación invisibles. Este uso de la luz podría simbolizar la luz de Dios, cierto, pero hay autores que han querido ver un trasfondo más profundo: Bernini podría haber formado parte de la secta científica de los Illuminati. Sin embargo, dejaremos esa acusación para otra entrada.

Bernini fue también uno de los mejores arquitectos del barroco romano junto con sus contemporáneos Francesco Borromini y Pietro da Cortona. Al principio de sus carreras todos colaboraron en el Palazzo Barberini, actualmente una de las dos sedes de la Galleria Nazionale d'Arte Antica y el Istituto Italiano di Numismatica que se encuentra en el barrio del Trastévere. Sin embargo, poco después los tres artistas compitieron por los encargos importantes y desarrollaron una feroz rivalidad, especialmente Bernini y Borromini.

  
Palazzo Barberini (Roma)

A pesar de la indiscutible calidad de Borromini y Da Cortona, Bernini gozó del favor de los papas Urbano VIII (1623-1644) y Alejandro VII (1655-1665), y por tanto se aseguró el proyecto más importante de la Roma de su tiempo: la basílica de San Pedro en el Vaticano. El diseño de la Plaza de San Pedro que se abre ante la basílica es unos de sus proyectos arquitectónicos más innovadores y alabados.

 

Piazza San Pietro (Roma)

Durante su extensa carrera Bernini recibió numerosos encargos, sobre todo por parte del papado. A temprana edad llamó la atención del cardenal Scipione Borghese, sobrino del Papa, y en 1621, con sólo 23 años; fue nombrado caballero por el Papa Gregorio XV. Realizó las obras más importantes durante el pontificado de Urbano VIII y aunque no tuvo tanta preeminencia durante el gobierno de Inocencio X, volvió a gozar del favor de los pontífices Alejandro VII y Clemente IX.


VIDA & OBRA

Sus padres fueron Angelica Galante, natural de Nápoles; y Pietro Bernini, nacido en la Toscana, en la población de Siesto Florentino. Su padre había viajado a Nápoles para trabajar en las obras de la Cartuja de San Martín, y fue en esa ciudad donde conoció y se casó con Angelica Galante. La familia, cuando Gian Lorenzo tenía seis años, se trasladó a Roma, donde Pietro trabaja bajo la protección del ya mencionado cardenal Scipione Borghese y a quien muestra el precoz talento de su hijo Lorenzo. 

La Roma de inicios del s. XVII era una ciudad de un fervor artístico excepcional, novedoso y revolucionario que acogía a artistas de toda Europa en una continua confrontación de ideas y experiencias artísticas. En este ambiente trabajaron maestros como Caravaggio, Anibale Carracci o Peter Paul Rubens, quienes abrieron la senda del barroco.

El joven Bernini recibió las primeras enseñanzas de su padre, el escultor manierista Pietro Bernini, cuya influencia sería notable en las primeras obras de Gian Lorenzo. Al lado de su padre aprendería la organización de un taller colectivo (en el futuro dirigiría muchos) y la fusión interna de un proyecto arquitectónico con la iconografía de la escultura y pintura.

Las obras de Bernini revelaron desde el inicio su enorme talento. En su primera fase estilística, Bernini muestra su interés y respeto absoluto por la cultura helenística, en obras que imitan a la perfección el estilo antiguo. Son de esta época las obras "Ángel con el dragón" (1) y "Fauno che scherza con gli Amorini" (2). Sin embargo, el primer proyecto totalmente en solitario del joven Gian Lorenzo es "La Cabra Amaltea" (3) en 1615. 


           


Entre 1621 y 1625 Bernini realizará cuatro esculturas que lo consagrarían como maestro y por las que recibiría su fama. Se trata de los llamados Grupos Borghesianos, conjuntos escultóricos basados en temas mitológicos y bíblicos encargados por el cardenal Borghese. Las obras en cuestión son "Eneas, Anquises y Ascanio" (1), "El rapto de Proserpina" (2), "David" (3) y "Apolo y Dafne" (4). Son obras monumentales que marcarán una nueva dirección en la carrera artística de Bernini. Las cuatro permanecen hoy en la Galleria Borghese, en Roma. 

   
 

Durante su vida Bernini gozó del favor y la protección de siete papas, aunque fueron tres los que mayores proyectos le encargaron. Todo empezó en 1623, un año crucial para la suerte de Roma: Maffeo Barberini fue elegido Papa con el nombre de Urbano VIII, un pontífice ambicioso, amante de las artes y gran admirador de Bernini a quien otorgó el título de "Arquitecto de Dios". Le consideraba el artista ideal para llevar a acabo sus proyectos urbanísticos y arquitectónicos que no tenían más fin que dar forma y expresión a la voluntad de la Iglesia de representarse a sí misma con fuerza triunfante. La asociación artística de Urbano VIII con su predilecto culminará con la realización de la Basílica de San Pedro, un templo levantado en el lugar del martirio del apóstol San Pedro; que representa el renacimiento de la Iglesia y su reivindicación moral y espiritual tras la crisis del siglo anterior. 

En 1644 comienza el papado de Inocencio X, mucho más austero que el anterior por la crisis económica de los Estados Pontificios tras los tratados de la Paz de Westfalia por los que finalizan la Guerra de los Treinta Años en Alemania y la Guerra de los Ochenta Años entre España y los Países Bajos. Este mismo año sufre la demolición del campanario de la fachada de la Basílica de San Pedro por problemas de estabilidad. Los detractores de Bernini le acusaron de incompetencia técnica mientras que el Papa le daba su apoyo. Coincidiría también con el ascenso de artistas rivales como Francesco Borromini o Carlo Rainaldi. Sin embargo, a pesar de todos estos contratiempos, Bernini realizó una de sus obras cumbres, "El éxtasis de Santa Teresa" (1). También realizará la famosa "Fuente de los Cuatro Ríos" (2), en la Piazza Navona de Roma. Sobre esta fuente, un dato curioso: una de las cuatro figuras que representan los ríos está mirando hacia la fachada de la Iglesia de Santa Agnese in Agone, diseñada por Borromini. Bien, esta figura representa al río Orinoco (3) y, según la leyenda de Roma, cada vez que Bernini pasaba por la Piazza Navona en su carruaje bajaba las cortinas de la ventanilla para no ver "el horror" que había edificado su rival Borromini. De ahí viene el supuesto gesto de desagrado ante la iglesia que muestra la escultura del Orinoco. Otra versión de la leyenda dice que los detractores de Bernini le acusaban de que era demasiado arrogante en sus proyectos, puesto que el obelisco no aguantaría y la fuente se vendría abajo. Dicen que Bernini contestó "antes que mi fuente se derrumbará la iglesia" y por eso representó a esa figura, protegiéndose de un posible derrumbe de la iglesia. No obstante, ninguna de estas leyendas es cierta, pues la iglesia es posterior a la construcción de la fuente. 

    Fuente de los ríos - detalle
Alegoría del Río Orinoco

En 1655 con la elección de Fabio Chigi como Alejandro VII, vuelve a haber un Papa humanista en el trono de San Pedro que, como Maffeo Barberini 30 años antes, se rodea de arquitectos para la ejecución de ambiciosos proyectos urbanísticos, como la reordenación de la Piazza del Popolo. Es también durante el pontificado de Alejandro VII cuando en la Piazza San Pietro se incluye la famosa columnata elíptica, espacio dedicado a las ceremonias religiosas que representa el abrazo de la Iglesia a todo el pueblo. 

Para la familia Chigi, Bernini construye dos iglesias: la colegiata de Aricaccia y la iglesa de Sant' Andrea del Quirinal (1), una iglesia pequeña de planta ovalada (como los antiguos templos griegos dedicados a la Diosa Tierra Cibeles), con la entrada en el eje menos y un óculo sobre el altar (2), en clara referencia a la secta de los Illuminati. 

                                         
                                           Iglesia de San Andrea del Quirinal

                                        
                                               Óculo de San Andrea del Quirinal

La última prueba de que tanto Bernini como la familia Chigi del Papa tenían devaneos con los Illuminati nos lo da la última obra en la que trabajó para esta familia: la llamada Capilla Chigi, en el interior de la iglesia de Santa Maria del Popolo. Originalmente, esta capilla fue comisionada por el banquero Agostino Chigi a Rafael Sanzio en el s.XVI para que sirviera de capilla funeraria para su familia. Rafael reformó la antigua capilla gótica y diseñó un armonioso espacio único que, posteriormente, completará Bernini. Y es aquí donde el artista barroco ubica dos elementos decorativos que llaman notablemente la atención: una pirámide con un óculo central, signo inequívoco de los Illuminati (1) así como una escultura titulada "Habacuc y el ángel" (2), una de las señales en el "Sendero de la Iluminación" para la secta científica. Y es que la iglesia de Santa Maria del Popolo fue en los siglos XV y XVI uno de los llamados "Altares de la Ciencia" por los Illuminati.

         

Bernini ya se había convertido en un artista de fama internacional, y en 1664 el ministro francés Colbert, durante el reinado de Luis XIV, convence al Papa para que le ceda a su artista predilecto. En 1665 Bernini parte hacia Francia con el encargo de reestructurar el Palacio del Louvre. Fue recibido como un príncipe, pero la experiencia francesa no duró más de seis meses. Su estilo no terminaba de gustar a los comisionados franceses, quienes prefirieron encargar el trabajo a Claude Perrault. A pesar de todo, sí que realizó un retrato ecuestre de Luis XIV.

Al volver a Roma, uno de los últimos grandes trabajos encargados por Alejandro VII fue la escultura del Sepulcro de Alejandro VII (1), un monumento meditativo e íntimo que representa a Alejandro VII, arrodillado y humilde, acosado por La Muerte (2), figura que porta un reloj de arena como recuerdo de que algún día el tiempo se acabará. Contiene cuatro figuras alegóricas: la Prudencia, la Verdad, la Justicia y la Caridad. Su última obra fue "El Busto del Salvador" (3), conservado actualmente en la Basílica de San Sebastián Extramuros, en Roma.

                        

         
  
Gian Lorenzo Bernini murió un 28 de noviembre de 1680 en Roma. Además de haber sido intérprete oficial del papado en su periodo de mayor dominio político, Bernini fue también una mente brillante, escritor de comedias, caricaturista y pintor cuyas obras, realizadas por su propio placer; son de tal calidad que las pocas conservadas (entre ellas, varios autorretratos) fueron atribuidas a Velázquez. El propio Bernini predijo ciertamente que tras su muerte, su fama declinaría. Ciertamente, para el gusto neoclásico sus planteamientos escultóricos eran anatemas. Para John Ruskin, crítico de arte británico del s. XIX, parecía "imposible llegar a una mayor aberración del gusto y bajeza de sentimientos". Por otra parte, para los defensores de la idea de "la verdad de los materiales" del s.XX, Bernini aparecía como "el Anticristo personificado", según palabras del más célebre apologista de esta corriente artística, Rudolf Witttkover. Sólo muy recientemente ha recuperado un prestigio comparable al que tuvo en vida, como el más grande escultor desde Miguel Ángel y uno de los gigantes de la arquitectura barroca. En opinión del historiador del arte norteamericano Howard Hibbard, durante el s. XVII "no hubo escultores o arquitectos comparables a Bernini."  

La exposición "Las Ánimas de Bernini" tiene doble importancia ya que es la primera exposición que se le dedica al artista en España. Sólo tenemos dos obras de Bernini en nuestro país: uno es el "San Sebastián" (1),conservado en el Museo Thyssen de Madrid. El otro es un "Autorretrato" (2) que se conserva en los Archivos del Museo del Prado, también en Madrid, y que se expone al público por primera vez con motivo de esta exposición.

                        


El Museo del Prado no muestra las obras de Bernini de las que dispone al público, pero sí cuenta con una extraordinaria colección de escultura, no sólo grecolatina sino también neoclásica y de los siglos XVIII y XIX. Bianor Tours cuenta entre sus servicios con una visita guiada por la escultura del Museo del Prado así como para conocer la nueva exposición temporal "Las Animas de Bernini", del 6 de noviembre al 8 de febrero. Si desean más información o realizar cualquier consulta, no duden en ponerse en contacto con nosotros. Muchas gracias.

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domingo, 12 de octubre de 2014

Hércules: conquistador de España

Todos hemos oído hablar del famoso Hércules, Heracles para los griegos (en griego antiguo Herakles, "del nombre de la diosa Hera"; y kles, "gloria". Su nombre vendría a significar "gloria de Hera". Los orígenes de este personaje se remontan a la mitología griega, era considerado hijo de Zeus y de Alcmena, una reina mortal. Recibió al nacer el nombre de Alceo, en honor a su abuelo, y fue en su edad adulta cuando se le rebautizó con el nombre con el que pasaría a la historia. Recibió este nombre por orden de Apolo, a través del Oráculo, para indicar su condición de servidor de la diosa Hera. Esta diosa era la esposa de Zeus y perseguía a las amantes de su marido para castigarlas. Sin embargo, en esta ocasión enfocó su rencor hacia Hércules en lugar de Alcmena. 

Es el más célebre de los héroes griegos, paradigma de virilidad y adalid del orden olímpico contra los monstruos ctónicos (telúricos). Su extraordinaria fuerza es el principal de sus atributos, pero también lo son el coraje, el orgullo, cierto candor y un formidable vigor sexual. Se le considera el ancestro de los Reyes de Esparta y la influencia de esta polis (ciudad) en la Grecia Arcaica y Clásica ayudaron a la expansión de su culto, convirtiéndole en el héroe dorio por excelencia.

Sin embargo, nos estamos remontando algo lejos de nuestras tierras. ¿Qué tiene que ver el famoso héroe griego con nosotros, los españoles? Ciertamente, mucho: Hércules fue el primer héroe que llegó a tierras españolas.

Me explicaré: la mitología más conocida que existe sobre este personaje está circundada en sus famosos Doce Trabajos. Estos trabajos tienen su historia: la diosa Hera, cansada de que Hércules siempre superase los obstáculos que le enviaba, hizo nacer la locura en su mente. Presa de ella, Hércules mató a su esposa Megara y a sus hijos con sus propias manos. Horrorizado por lo que había hecho, se apartó del mundo por muchos años hasta que fue hallado por su hermano Ificles quien le sugirió que acudiese al Oráculo de Delfos. La pitonisa le dijo que para expiar su culpa y su crimen debía ponerse al servicio de Euristeo, su tío, quien le encargaría diez trabajos. Euristeo era el hermano de Alcmena y quien había usurpado su trono a la muerte de ésta (trono que correspondía a Hércules) ganándose así el odio de éste.  

La diosa Hera se le apareció a Euristeo diciéndole que le encargase a Hércules trabajos imposibles de realizar para cualquier mortal. Así lo hizo el rey, pero Hércules los superó todos, se ganó la expiación por su crimen y fue inmortalizado y ascendido al Olimpo.

Sé que he dicho que Euristeo debía mandarle diez trabajos. Sin embargo, todos sabemos que son doce. ¿Qué falla? Euristeo, por orden de Hera, dio como inválidos dos trabajos que Hércules realizó por haber recibido ayuda externa (su primo Yolao y un río), así que le encargó dos más. Así conseguían los autores resolver esa diferencia entre las versiones respecto al número total de trabajos del héroe.

Pues bien, el undécimo trabajo consistió en acudir al Jardín de las Hespérides para robar las manzanas de oro que crecían en sus árboles y llevarlas a Euristeo. Este Jardín era un lugar idílico, sagrado y nadie conocía su ubicación exacta. Hércules recibió las indicaciones de la diosa Atenea, deidad de la sabiduría, quien le dijo que el Jardín de las Hespérides se encontraba "en la tierra donde muere el sol". Fue así como Hércules llegó a las tierras de España, camino del famoso Jardín que algunos situaban en la actual Andalucía, y se dice que fundó alguna ciudad en la península. Entre ellas, la ciudad de Madrid, de quien es héroe protector y representa los valores por los que se rige el ser humano. El Gobierno de la Comunidad de Madrid quiso hacer un homenaje a su fundador y descubridor de España esculpiendo el rostro de Hércules en la fachada de la Real Casa de Correos (1760-1768), un encargo conjunto de los arquitectos Jaime Marquet y Ventura Rodríguez (autor del busto del héroe). Este edificio está situado en la Puerta del Sol, y en la actualidad es la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid:



Tenemos así el reconocimiento de la Comunidad de Madrid hacia la figura de su fundador. Hércules, aparte de representar todos los valores que perseguían los gobernantes, está muy vinculado a la historia de nuestro país ya que se dice que muchos de los monstruos que derrotó en aventuras paralelas a los Doce Trabajos provenían de estas tierras, que él las puso a salvo para que las primeras gentes pudiesen habitarlas. Aparece representado también este agradecimiento en la serie de pinturas que realizó el pintor extremeño Francisco de Zurbarán, contemporáneo y amigo de Velázquez.

La carrera artística de Zurbarán alcanzó su cumbre cuando fue invitado a Madrid por Felipe IV (posiblemente por intermediación del propio Velázquez, por aquel entonces pintor de cámara de Su Majestad) para contribuir en la decoración del llamado Salón de Reinos, actual Museo del Ejército. Este edificio, junto con el Casón del Buen Retiro, es todo lo que queda del conjunto arquitectónico original del Palacio del Buen Retiro. La mayor parte de las colecciones del antiguo Salón de Reinos fue trasladada al Alcázar de Toledo; el salón recibía este nombre porque en él estaban pintados los escudos de los veinticuatro reinos que formaban la Monarquía Hispánica en tiempos de Felipe IV.

Pues bien, Zurbarán está en Madrid con el encargo de ocuparse de la decoración de este salón junto a otros pintores (entre ellos el propio Velázquez). De las doce victorias militares del reino él pintó una, La defensa de Cádiz contra los ingleses (Museo del Prado). Sin embargo, lo que nos interesa es lo que pintó para acompañar a este cuadro: episodios de la vida de Hércules, ancestro mítico de la dinastía española de los Habsburgo (a la que pertenecía Felipe IV). Es interesante estudiar estos diez pequeños lienzos porque, ciertamente, no representan lo mejor de su producción: el héroe debía representarse desnudo y Zurbarán no dominaba la anatomía debido a su mayoritaria producción religiosa. Aún así, los realizó para gloria de Su Majestad Felipe IV y de su valido, el conde-duque de Olivares; y representa muy bien algunos de los trabajos que debió cumplir Hércules: 

    
Hércules contra el gigante Anteo.

  
Hércules contra el Can Cerbero en el Inframundo.

    
Hércules contra la Hidra de Lerna, ayudado por su primo Yolao.

  
Hércules contra el Jabalí de Erimanto.

  
Hércules desviando el curso del río Alfeo para limpiar los establos del rey Augías.

  
Hércules derrota al rey Gerión.

  
Hércules separa los montes Calpe y Abyla

  
Hércules derrota al León de Nemea.

  
Hércules derrota al Toro de Creta

  
La Muerte de Hércules

Hay que destacar que estos diez lienzos se encuentran en el Museo Nacional del Prado, en Madrid. Sin embargo, no todos están expuestos. Únicamente cuatro de ellos se pueden apreciar flanqueando el gran lienzo de la "Defensa de Cádiz contra los ingleses". Los cuadros que se pueden ver actualmente son "Hércules contra Anteo", "Hércules contra la Hidra de Lerna", "Hércules contra el Jabalí de Erimanto" y "Hércules contra el Toro de Creta".

Si desean más información respecto a estas obras, en la ruta de Bianor Tours dedicada a la mitología se incluye el comentario de las mismas. Si desean más información, no duden en ponerse en contacto con nosotros. Gracias.

TLF. 609988206 / 913071884.  E-MAIL: bianortours@gmail.com.  TWITTER: @BianorTours   

jueves, 2 de octubre de 2014

Rutas & Precios

A continuación se presentan los recorridos que Bianor Tours realiza en el Museo del Prado:

-Ruta de los Arcanos: esta ruta se divide en dos partes, el recorrido de la Planta Baja tiene una duración aproximada de 2h, mientras que la Primera Planta dura 1h.30 aproximadamente. En esta ruta se hablarán de los códigos simbólicos secretos que artistas como Rafael, El Bosco, Goya, Rubens o Velázquez escondieron en sus pinturas.

-Ruta de la Mitología: con una duración de aproximadamente 2h., este recorrido nos lleva a conocer la mitología grecolatina en la que se inspiraron artistas como Tiziano, Rubens, Velázquez o el Veronés para pintar algunas de sus obras más famosas.

-Ruta de la Escultura: este recorrido nos lleva a apreciar la desconocida del Museo del Prado, la escultura. Artistas como Antonio Solá, Adamo Tadolini, Agustín Querol o Benlliure se dan cita al lado de los grandes titanes de la pintura para demostrar que no tienen nada que envidiarles. Esta ruta tiene una duración aproximada de 1h.30.



Fuera del Museo del Prado, principal territorio de actuación, Bianor Tours también ofertará próximamente dos rutas por la ciudad de Madrid:

-Ruta de la Mitología madrileña: en este recorrido, de unas 2h. de duración, se visitarán lugares muy conocidos de la capital, otros quizás menos famosos; pero siempre mostrando la iconología no sólo grecolatina sino también judeocristiana que adorna las calles de Madrid. Veremos a un Orfeo con un atributo del demonio, al Arcángel San Miguel a imitación de la famosa escultura del Castello Sant'Angelo de Roma o la réplica que hizo Ventura Rodríguez en el Paseo del Prado de la legendaria ciudad perdida de la Atlántida.

-Ruta de la Masonería: este recorrido, entre 1h 30 y 2h de duración aproximada, nos muestra la historia de la francmasonería en la ciudad de Madrid: quiénes eran (y son) los masones, dónde se reunían, y algunos de los símbolos que utilizaron para su complejo programa iconográfico. Se visitarán los lugares donde mantenían sus tenidas (reuniones) así como localizaciones de la capital donde se puede apreciar la profunda huella de los masones.




Hasta aquí las rutas que de momento oferta Bianor Tours. A continuación pueden consultar las tarifas de cada uno de los recorridos por el Museo del Prado.

-Ruta de los Arcanos: 10€ por persona, 30€ mínimo.

-Ruta de la Mitología: 10€ por persona, 25€ mínimo.

-Ruta de la Escultura: 10€ por persona, 25€ mínimo.

-Ruta de la Mitología madrileña: por determinar.

-Ruta de la Masonería: por determinar.