domingo, 7 de agosto de 2016

Lehitraot, Velázquez

Hasta pronto, Velázquez. Ése es el título de la entrada de este fin de semana, que se la dedicamos al gran maestro sevillano. ¿Por qué? Porque un día como ayer, pero de 1660, falleció uno de los más grandes artistas que ha dado nuestro país. Y lehitraot quiere decir "hasta pronto" en hebreo. ¿Y por qué se lo decimos en lengua semítica? Porque está directamente relacionado con el tema que vamos a tratar en esta entrada. Y es que Diego de Silva y Velázquez era de ascendencia judía. Y no de unos judíos cualquiera: su abuelo materno era un rabí muy docto en la Cábala.


Diego Velázquez Autorretrato 45 x 38 cm - Colección Real Academia de Bellas Artes de San Carlos - Museo de Bellas Artes de Valencia.jpg
"Autorretrato", Museo de Bellas Artes de Valencia

Con este planteamiento preliminar, y en la coincidencia de su muerte, vamos a ver un detalle de la herencia mística judía que Velázquez recibió de sus abuelos. Podría señalar el interés simbólico de la pintura mitológica y religiosa del artista, pero eso quizás sea mejor dejarlo para otro momento. Que sirva a modo de introducción, vamos a ver el significado cabalístico que Velázquez encerró en su lienzo más conocido: "Las Meninas".

Las Meninas 01.jpg

Pintado en el Real Alcázar de Madrid en 1656, es una de las obras pictóricas más analizadas y comentadas de la Historia del Arte. Se han ofrecido para este lienzo diversas interpretaciones, sintetizadas por el historiador Johnathan Brown en tres grandes corrientes. La realista, cronológicamente la primera, defendida por Stirling-Maxwell y Carl Justi; ponía el acento en la fidelidad del "momento captado", con la que el pintor se adelantaba al realismo de la fotografía, valorando los medios técnicos empleados. La publicación en 1925 de un artículo titulado La librería de Velázquez por Sánchez Catón, con el inventario de la biblioteca que poseía Velázquez (una de las mejores del siglo XVII), abrió el camino a nuevas interpretaciones de carácter histórico-empírico basadas en el reconocimiento de los intereses literarios y científicos del pintor. La presencia en la biblioteca del maestro de libros como los Emblemas de Alciato (políglota de numerosas lenguas muertas y estudioso de la antigüedad grecolatina en el siglo XVI) o la Iconologia de Cesare Ripa (gran esoterista del siglo XVI) estimuló la búsqueda de significados ocultos y contenidos simbólicos en "Las Meninas"Con Michel Foucault y el posestructuralismo nace otra corriente interpretativa, de carácter filosófico. Foucault descarta la iconografía y su significación y prescinde de los datos históricos para explicar esta obra como una estructura de conocimiento en la que el espectador se hace partícipe dinámico de su representación.

  
Andrea Alciato, autor de los Emblemas


Cesare Ripa, autor de Iconologia

Pues bien, Velázquez también contaba con un ejemplar del Zohar en su biblioteca. Este libro es, junto al Séfer Ietzirá, el libro central de la corriente cabalística, escrito en el siglo II. Y creo que las tres corrientes interpretativas de "Las Meninas" no están enfrentadas, sino que se complementan. Y quiero compartir con vosotros una interpretación que tiene que ver precisamente con ese estudio e interés en la Cábala que Velázquez heredó de sus antepasados, aunque de cara a la corte intentase ocultarlo. Es un estudio que hizo Ángel del Campo y Francés en 1989, en un libro que tituló La Magia de las Meninas: una iconología velazqueña. Según el estudio de este hombre, Velázquez habría querido plasmar en su famoso lienzo un hechizo vinculado con la Cábala y con la astrología. Ahí es nada. ¿Cuánto puede haber de cierto en esto? Pues vamos a ver que mucho.

  
Don Ángel del Campo y Francés, en un discurso en la 
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid

Según don Ángel, Velázquez habría utilizado sus conocimientos en Cábala y astrología para esconder un par de mensajes en este lienzo. El primero tiene que ver con la constelación conocida como Corona Borealis. De acuerdo con la mitología, la corona habría pertenecido a Ariadna, hija de Minos, rey de Creta. Ariadna no quería aceptar la propuesta de matrimonio de Dionisos, que tenía forma mortal, pues no quería casarse con un humano después de ser abandonada por Teseo. Para probar que era un dios, Dionisos le quitó la corona y la arrojó al cielo, donde quedó como constelación. Ariadna, complacida, se casó con él y se volvió inmortal. La cuestión es que si unimos a determinados personajes, obtenemos exactamente la disposición de las estrellas que forman esta constelación. Y es curioso, la estrella alpha de la constelación, que es la más brillante y ocupa el lugar central; se llama Margarita. Igual que la infanta.

  

Para respaldar esta teoría tenemos a otro gran maestro: Salvador Dalí. La admiración de Dalí hacia la obra y figura de Velázquez es harto conocida. Y precisamente este año, del 23 de febrero al 3 de mayo se pudo admirar una exposición temporal en el Teatro-Museo Dalí que llevaba por título ¿Qué hay de nuevo? Velázquez. Los cuadros que formaban esa exposición eran reinterpretaciones que Dalí hacía de las obras del pintor sevillano. Y hay un cuadro que nos llama poderosamente la atención de forma inmediata: el titulado como "La infanta Margarita de Austria".

  

Podemos ver que en la parte de arriba del lienzo aparece representada la Corona Borealis, lo que demuestra que Dalí descubrió este secreto astrológico de Velázquez. Pero hay algo más: la cara de la infanta. Parece que el pintor catalán ha sustituido el rostro de la pequeña por una luna llena, ¿verdad? Pues no exactamente. Lo que ocupa la cara de la infanta es una perla. ¿Y por qué? Porque la estrella Margarita es la más brillante de toda la constelación, tanto es así que desde tiempos antiguos ha sido conocida como "la perla". Pero Velázquez va todavía más lejos.

Representación de Capricornio en color rojo y de Corona Borealis en amarillo dentro del cuadro Las Meninas

A pesar de que Ángel del Campo y Francés identifica la última estrella de la derecha con la figura de Marcela de Ulloa, la dama de llaves del Alcázar, hay otros intérpretes (como puede ver el lector) que colocan la última estrella en la figura de José Nieto. Pero bueno, eso es irrelevante. Lo que me interesa de verdad es la línea roja que se forma conectando a todos los personajes, incluido al perro: se obtiene la constelación de Capricornio. Desde tiempo inmemorial, en las antiguas religiones vinculadas con los astros, existían poderosos hechizos vinculados a las constelaciones. En el caso de la de Capricornio, era un amuleto de protección. Cualquier cosa que se encontrase en el interior del círculo principal estaría bajo la protección de los astros. ¿Qué quiere decir esto? Que Velázquez utilizó magia astrológica ancestral para proteger en el interior del círculo... a los reyes. Felipe IV y Mariana de Austria están, sin saberlo, bajo la protección de las estrellas. ¿Funcionó el hechizo de Velázquez? Bueno, Felipe IV llegó a reinar 44 años de forma ininterrumpida, el reinado más largo de la historia de España. Juzguen ustedes.

lunes, 25 de julio de 2016

¡Santiago y cierra, España!

Hoy, 25 de julio, es la fiesta de Santiago, patrón de España. De manera que en esta entrada vamos a hablar un poco de su figura. El santo es Santiago el Mayor, uno de los doce apóstoles de Jesús, del que se dice que evangelizó Hispania.

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"Santiago el Mayor", de Guido Reni (1638)

A pesar de que nosotros le llamamos Santiago, no es ése su nombre original. Su nombre hebreo es Jacob, llamado también Jacobo de Zebedeo (nombre éste de su padre). En la tradición cristiana se le llama Santiago el Mayor para distinguirle del otro apóstol homónimo, más joven. Nació probablemente en Betsaida (Galilea). Fue hijo de Zebedeo y María Salomé, y hermano mayor del apóstol Juan. Murió a manos de Herodes Agripa I en Jerusalén entre los años 41 y 44 de nuestra era. Se le ha apodado "Matamoros" , puesto que en el siglo XII se redacta en Santiago de Compostela el llamado Privilegio de los Votos, que atribuye al rey Ramiro I una victoria frente a los moros en Clavijo en 844, victoria obtenida gracias a una aparición de Santiago. La primera representación de Santiago a caballo, que data del siglo XIII y se conserva en la catedral compostelana, muestra a mujeres agradecidas ante el caballo del santo. El miles Christi medieval, imagen poco frecuente, se convierte a partir de la segunda mitad del siglo XV y a lo largo del XVI en Santiago Matamoros, defensor del catolicismo frente a todos sus enemigos: los turcos, los herejes y los paganos cuyos cuerpos o cabezas ruedan entre las patas de su caballo.

     
Imagen de Santiago Matamoros en Carrión de los Condes

Pero según la Biblia, junto con su hermano Juan y con Simón Pedro, lejos de ser un caballero cristiano en cruzada contra los herejes; tiene un trato preferente y místico con Jesús: es testigo presencial de la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5:21-43), de la transfiguración de Jesús (Lucas 9) y de la oración en el Huerto de los Olivos (Marcos 14:33). Según una tradición medieval, después de Pentecostés (donde los apóstoles reciben del Espíritu Santo el don de hablar todas las lenguas del mundo), los apóstoles son enviados a la predicación y Santiago se habría dirigido a España. Sin embargo, los documentos históricos (y muchos evangelios apócrifos) revelan que lo más probable es que se hubiese quedado al mando de la Iglesia de Jerusalén. Se dice que incluso podría haber sido hermano del propio Jesús y que fue uno de los que luchó contra su divinización. En cualquier caso, la tradición ya le sitúa evangelizando España en compañía de sus nueve discípulos. Y en torno al año 40 la Virgen María se le aparece en Caesaraugusta (la actual Zaragoza), en lo alto de un pilar. Y es que, de acuerdo a los textos apócrifos, cuando la Virgen ve cercana la hora de su muerte, recibe la visita de Cristo resucitado. Ella le pide estar rodeada de los apóstoles el día de su muerte, pero todos ellos están dispersos por el mundo. Jesucristo le concede su deseo y permite que sea la misma María, por medio de una aparición milagrosa, quien avise a los discípulos para que regresen a Jerusalén a estar con ella en sus últimos momentos. La aparición de María a Santiago se habría producido sobre un pilar en Zaragoza, y esa columna se sigue venerando a día de hoy en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, en la capital aragonesa. Santiago habría muerto poco después, decapitado por orden de Agripa I.

"Martirio de Santiago", por Alberto Durero (1509)

La leyenda se cierra con que sus discípulos habrían llevado su cuerpo (conservado de alguna manera) por el mar Mediterráneo en una mítica embarcación de piedra y habrían costeado el Atlántico nuevamente hasta Galicia, donde lo habrían enterrado en Iria Flavia, donde el obispo Teodomiro lo halló en el siglo IX. Y es que alrededor del año 813, en tiempos del rey asturiano Alfonso II el Casto, un ermitaño cristiano llamado Paio (Pelayo) le dijo al obispo gallego Teodomiro que había visto unas luces merodeando sobre un monte deshabitado. Hallaron una tumba, probablemente de origen romano, donde se encontraba un cuerpo decapitado con la cabeza bajo el brazo. El rey Alfonso ordenó construir una iglesia encima del cementerio (compositum), origen de la catedral de Santiago de Compostela (Santo Jacob del compositum). Otros sostienen que la palabra "Compostela" proviene de campus stellae, "campo de estrellas", debido a las luces que bailoteaban sobre el monte (algo similar a los fuegos fatuos). 

En el mes de mayo de 1589, Francis Drake amenazó Compostela después de desembarcar en La Coruña. El Arzobispo acordó con el Cabildo de la catedral ocultar cuanto de importante hubiese en ella. Por ello, los restos fueron depositados en un escondrijo dentro del ábside de la capilla mayor, detrás del altar. Tales restos fueron encontrado a treinta metros de profundidad respecto al suelo en 1879 por Antonio López Ferreiro.

   
Altar mayor con la imagen de Santiago Peregrino en la Catedral de Santiago de Compostela, bajo la cual se encuentra la supuesta tumba del apóstol


Ahora bien, ¿tenemos algo en el Museo del Prado relacionado con nuestro santo patrón? Pues tenemos por ejemplo un fantástico lienzo de Francisco Camilo, pintor español de origen florentino; que estuvo en la Cartuja de El Paular. Se ha titulado "El Apóstol Santiago a caballo", siguiendo la tradición iconográfica de Santiago Matamoros.


Otro ejemplo es el lienzo que pintó Bartolomé Esteban Murillo para su serie dedicada a los apóstoles. Realizado en torno a 1655, a Santiago le identifica el bordón que sostiene con la mano derecha y la viera que muestra en el pecho. La contundencia de su anatomía y la tipología de su rostro nos recuerdan las enseñanzas que Murillo y sus colegas españoles recibieron de Ribera. El lienzo se titula "El apóstol Santiago", y sigue la iconografía del peregrino ya anciano.


Hubo otros artistas, como Rubens, que también hicieron una serie de apóstoles. Sin embargo, dentro de esta iconografía de Santiago Peregrino, quiero destacar una pintura del maestro hispano-flamenco Juan de Flandes, quien fue pintor de corte de Isabel la Católica. En esta tabla, que pintó en torno a 1507, se representa otra vez a Santiago con un clásico atuendo de peregrino. En su sombrero muestra la vieira, símbolo distintivo de las peregrinaciones a Compostela, como la cruz griega y la palma lo eran de las que se dirigían a Jerusalén; y la doble llave y la Verónica de las que se dirigían a Roma. Con el estilo tan típicamente flamenco, este "Santiago Peregrino" es una obra maestra.


Y por último, aunque no por ello menos importante, tenemos otro martirio. Concretamente este "Martirio de Santiago", realizado en torno a 1640 por el maestro sevillano Francisco de Zurbarán. Aquí el santo está siendo decapitado por orden de Herodes Agripa I, que aparece detrás de él con turbante. Se ha supuesto que la tabla formó parte de un retablo que realizó Zurbarán para la iglesia de Nuestra Señora de la Granada (Llerena, Badajoz). La hipótesis sobre su procedencia descansa en su estilo, que concuerda plenamente con el que cultivaba el pintor a finales de los años treinta, y en su iconografía; pues la Llerena dependía de la Orden de Santiago.


Hoy tenemos la suerte de contar con todas estas maravillosas obras (y muchas más) en nuestro Museo del Prado. Recomendamos que hoy, fiesta nacional de nuestro patrón, se acerquen al museo para descubrir (o redescubrir) algunas de sus maravillas. Hoy, más que nunca, Ultreia!

sábado, 9 de julio de 2016

Eclosión

Sé que parece que llevo como mil años sin publicar nada por aquí, pero en realidad sólo ha sido un mes. Y para retomar el ritmo (o por lo menos intentarlo), os traigo una escultura que se está mostrando de forma temporal en el Museo del Prado: la obra en cuestión se titula, evidentemente, "Eclosión", y es del catalán Miquel Blay.


Esta pieza está integrada en una pequeña exposición temporal sobre el artista, que lleva por nombre "Solidez y belleza". A pesar de que tiene varias obras, sólo me voy a detener en comentar brevemente ésta. Representa a una pareja de jóvenes en el instante del primer roce de sus cuerpos. Mediante un estilo que podríamos denominar lírico, se crea una escena de íntima ternura, gran belleza e intenso sentimiento. Sin embargo, la temática tiene un par de cosas que decirnos. Los expertos la han relacionado con la fábula de Dafnis y Cloe en su descubrimiento adolescente del amor y la sensualidad, además de con la iconografía de Paolo y Francesca, que tanto éxito tuvo en la pintura decimonónica. Sin embargo, éste es un planteamiento poco habitual para ese tema, ya que la figura masculina aparece embelesado por la belleza de la mujer, y no en una actitud protectora. Y creo saber por qué.

Esta escultura es un canto al Sagrado Femenino. Es decir, al culto a la Diosa. Me explico: el término "eclosión" hace referencia a la acción de nacer o brotar un ser vivo después de romper la envoltura que lo contenía. En este caso, quien nace es la mujer. Y nace de la Tierra, como buena Diosa que es. El lector mismo puede comprobar cómo el cuerpo femenino se funde con la roca, mientras que su pelo se mimetiza con las plantas.

 

Si el lector no me cree le animo a que vaya al Museo a comprobarlo: la mujer está emergiendo de la roca, del núcleo ctónico, personificando a la Madre Naturaleza en la figura de una joven dama, de la que el hombre queda embelesado. La muchacha tiene una actitud de serenidad y majestad, llevando flores en su mano; y es el joven el que se acurruca en su pecho como un hijo con su madre. Es la personificación de la divinidad femenina, de la madre-esposa. Y el hombre trata de reencontrarse, de fundirse con ella y retornar, así, a la anhelada Unidad.

sábado, 4 de junio de 2016

El Bosco en Madrid

Ya, sé que el fin de semana pasado estuvimos hablando de la exposición del V Centenario de El Bosco en el Museo del Prado, no voy a volver otra vez sobre el tema. Sólo quiero mostrar lo que se ha preparado en Madrid para acompañar este aniversario, aparte de la exposición en el Prado.

- El Bosco. La exposición del V Centenario (Museo del Prado, 31/05 - 11/09). Como ya dijimos el fin de semana anterior, se puede ver un gran número de obras originales traídas de muchos puntos del mundo, además de obras de seguidores posteriores.


- El Tríptico de los Encantados. Una pantomima bosquiana (Cómic, 15 euros). Una obra original de Max, un dibujante de cómics que ganó el Premio Nacional del Cómic en 2007. Lo que hace en esta obra es utilizar los personajes que El Bosco plasma en sus pinturas para construir una historia con cierto toque surrealista.



- El Bosco en El Escorial. V Centenario (Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, 19/3 - 1/11). Paralela a la exposición del Prado, en El Escorial se ha hecho otra exposición con algunas pocas obras originales, varias copias de sus discípulos o artistas posteriores, tapices, grabados, libros... tal y como estaban en El Escorial a finales del siglo XVI. Y es que, como ya hemos dicho en alguna ocasión, Felipe II llegó a reunir en El Escorial más de la mitad de la producción del artista flamenco.

 

- "Paisajes encontrados", de José Manuel Ballester (Museo Lázaro Galdiano, 19/5 - 11/9). Dejamos un poco de lado los óleos para acercarnos al montaje fotográfico. En esta exposición, Ballester ha "manipulado" obras de El Bosco, Goya y El Greco para eliminar a los personajes que pueblan las tablas y dejar únicamente el paisaje, con el objetivo de que podamos apreciar que el entorno en el que están inmersos es tan importante como el personaje en sí. Y así lo demuestra en el único lienzo de El Bosco que conserva el Museo Lázaro Galdiano ("San Juan Bautista en meditación"), donde ha hecho uno de sus montajes.

 
"Lugar para la meditación"

- El Bosco. El Jardín de los Sueños (Documental, estreno 9/06). Una obra cinematográfica sobre la más famosa pintura de El Bosco: "El Jardín de las Delicias". Cuenta con la participación de grandes figuras de muy distintos campos: conservadores, historiadores del arte, artistas, escritores, filósofos, psicólogos... Aquí dejo el tráiler.

https://www.youtube.com/watch?v=P0AHodcVwgY

domingo, 29 de mayo de 2016

500 años sin El Bosco

El próximo martes, 31 de mayo, se abre al público El Bosco. La exposición del V Centenario en el Museo del Prado. Es una ocasión irrepetible para disfrutar del extraordinario conjunto de ocho pinturas del artista que se conservan en España junto a excelentes obras procedentes de colecciones y museos de todo el mundo. Se trata del repertorio más completo de El Bosco, uno de los artistas más enigmáticos e influyentes del Renacimiento, que invita al público a adentrarse en su peculiar visión del mundo a través de un montaje expositivo espectacular que presenta exentos sus trípticos más relevantes para que se pueda contemplar tanto el anverso como el reverso.

 

El Bosco. La exposición del V Centenario se centra en las obras originales de este artista y se articula en siete secciones. La primera, "El Bosco & 's-Hertogenbosch", nos sitúa en la ciudad donde transcurrió su vida, (Bolduque para los españoles). Dado el carácter monográfico de la muestra, y ante la dificultad que plantea fijar su cronología, se ha distribuido su obra en seis secciones temáticas: Infancia y vida pública de Cristo, Los santos, Del Paraíso al Infierno, El Jardín de las Delicias, El mundo y el hombre: Pecados Capitales y obras profanas, y La Pasión de Cristo.

     

La exposición incluye asimismo obras realizadas en el taller de El Bosco, o por seguidores a partir de originales perdidos. Otro grupo de obras, entre las que figuran pinturas, miniaturas, grabados a buril de Alart du Hameel, relieves de Adrien van Wesel y el manuscrito del Comentario de la pintura de Felipe de Guevara, permitirá entender mejor el ambiente en el que se gestaron las obras de El Bosco, la personalidad de alguno de sus clientes, como Engelbert III de Nassau, o la valoración que se hacía de la pintura en el siglo XV-XVI. Gracias al interés que mostró por El Bosco el monarca español Felipe II, España conserva el mayor conjunto de originales suyos y todos ellos figuran en la exposición (aunque actualmente sólo contamos con ocho piezas, en los tiempos de Felipe II en nuestro país se encontraban 26 obras del artista). El Prado, heredero de la Colección Real junto con Patrimonio Nacional, custodia seis obras entre las que destacan los trípticos de "El Jardín de las Delicias", la "Adoración de los magos" o "El carro de heno". A ella se suma "El camino del Calvario", de El Escorial. Una obra que, gracias a la generosidad de Patrimonio Nacional, se traslada desde la muestra El Bosco en el Escorial para unirse a la magna exposición en el Museo del Prado.

        

Lo mismo ocurre con el "San Juan Bautista en meditación", de la Fundación Lázaro Galdiano, uno de los mejores frutos del afán coleccionista de José Lázaro. Junto a estas obras, los préstamos procedentes de Lisboa, Londres, Berlín, Viena, Venecia, Rotterdam, París, Nueva York, Filadelfia o Washington, entre otras ciudades, hacen de esta muestra un acontecimiento único para sumergirse en el imaginario de uno de los pintores más fascinantes del arte universal. 

En previsión del extraordinario interés que puede despertar este acontecimiento expositivo, el Museo ha establecido una prolongación en el horario de apertura de la exposición (dos horas más de viernes a domingo) y recomienda la venta anticipada de entradas.

   

sábado, 14 de mayo de 2016

El espectáculo del Antiguo Testamento en el Arte (II)

Como dijimos el fin de semana pasado, continuamos con las representaciones artísticas del Nuevo Testamento. La mecánica a seguir es la misma: poniendo una imagen que no esté en el Museo del Prado y otra que sí esté. La entrada anterior terminó con el episodio de la lucha entre "Jacob y el ángel", de manera que retomamos desde ahí:

"El hallazgo de Moisés", de Frederick Goodall (1885). Galería de Arte de Auckland

"Moisés salvado de las aguas", de Veronés (1580). Museo del Prado, Madrid

"Moisés golpeando la roca", de Adriaen van de Venne (1625). Museo de Bellas Artes de Angers

"Moisés y el agua de la roca", de Juan Antonio de Frías y Escalante (1668). Museo del Prado, Madrid

"David y Goliat", de Caravaggio (1607). Instituto de Arte, Chicago

"David vencedor de Goliat", de Caravaggio (1600). Museo del Prado, Madrid

"Bethsabee", de Jean Léon Gérôme (1889). Museo del Louvre, París

"Bethsabé en el baño", de Luca Giordano (1698). Museo del Prado, Madrid

"Judith y Holofernes", de Caravaggio (1599). Galería Nacional de Arte Antiguo, Roma

"Judith y Holofernes", de Tintoretto (1577). Museo del Prado, Madrid

Susanna and the Elders (1610), Artemisia Gentileschi.jpg
"Susana y los viejos", de Artemisia Gentileschi (1610). Castillo Weissenstein, Pommersfelden

"Susana y los viejos", de Guercino (1617). Museo del Prado, Madrid

Terminamos esta entrada con la historia de Susana y los viejos, contenida en el Libro de Daniel. No es que no haya más pinturas sobre el Antiguo Testamento (que haberlas, haylas), sino que no dispongo de tiempo y mi intención no es fatigarte. Si os han gustado estas dos entradas quizá el fin de semana que viene veamos algunas pinturas del Nuevo Testamento... no sé, ya veremos. ¡Hasta la próxima!

sábado, 7 de mayo de 2016

El espectáculo del Antiguo Testamento en el Arte (I)

La historia de la pintura occidental sencillamente no podría entenderse sin el cristianismo, en todas sus ramas. Las causas de tan sólido matrimonio entre el arte y la religión dan para una tesis, pero en un primer vistazo es evidente que si la segunda descubría en el arte un atractivo vehículo para su mensaje, éste no resultaba menos beneficiado al encontrar en la religión patrocinio y, no menos importante, inspiración. Raro es el pintor que de forma reiterada o al menos en algún momento de su carrera no haya querido retratar algún pasaje bíblico. Los ejemplos son innumerables, así que como una primera acotación nos vamos a centrar ahora en el Antiguo Testamento. La verdad es que no le falta de nada: crímenes espantosos, sexo salvaje, lluvias de azufre y fuego, fenómenos paranormales, venganzas, traiciones y sobre todo mucho espectáculo y efectos especiales. De manera que en la entrada de hoy va una pequeña selección de piezas. No habrá texto, pues poco hay que decir ante la maravilla. A riesgo de tirar piedras contra mi propio tejado, el arte es ante todo una herramienta para lo sensible. No está hecho para ser visto, sino para ser sentido. Así que aquí dejaré ya de hablar y me limitaré a mostrar a los lectores la selección de obras que he realizado. Primero pondré una que esté fuera del museo, para a continuación presentar otra que trate el mismo tema y que se conserva en el Museo del Prado. No sé, quizás sea interesante. Aquí os lo pongo, espero que disfrutéis.


  
"El nacimiento de Adán", de Miguel Ángel (1511). Capilla Sixtina, Roma


"El nacimiento de Adán". Pintura mural de la ermita de la Vera Cruz de Maderuelo 
(Siglo XIII). Museo del Prado, Madrid.

Adán y Eva de Friesz Othon
"Tentación (Adán y Eva)", de Friesz Othon (Siglo XX). 
Museo del Hermitage, San Petersburgo

(Clic para ampliar)
"Adán y Eva", de Tiziano (1550). Museo del Prado, Madrid

"Expulsión. Luna y luz de fuego", de Thomas Cole (1828). Museo Thyssen, Madrid

"Tríptico de la Redención: Adán y Eva expulsados del Paraíso" 
(1450). Museo del Prado, Madrid

"Caín y Abel", de Tintoretto (1552). Gallería de la Academia, Venecia

"Caín matando a Abel", de Frans Francken II (Siglos XVII). Museo del Prado, Madrid

"El despertar de la tristeza", de William A. Bouguereau (1888). 
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires

(Aquí me he permitido una licencia, puesto que en el Museo del Prado no hay ningún cuadro que refleje este momento. Pero es que, aunque en el Génesis no se hace mención tampoco a este instante, así imaginó Bouguereau a Adán y Eva expresando su duelo ante el cuerpo de su hijo Abel. Una escena con una gran carga emocional para el artista, quien había perdido a su propio hijo poco antes de pintar este lienzo, y que inevitablemente recuerda a La Piedad de Miguel Ángel.)

"El Diluvio", de Leon François Comerre (1890). Museo de Bellas Artes de Nantes

"El Diluvio Universal", de Jan Van Scorel (1530). Museo del Prado, Madrid

"La Torre de Babel", de Pieter Brueghel "el Viejo" (1563). 
Museo de Historia del Arte, Viena

"Construcción de la Torre de Babel", de Pieter Brueghel "el Joven" (1595).
Museo del Prado, Madrid

"La destrucción de Sodoma y Gomorra", de John Martin (1832).
Tate Gallery, Londres

"Lot y sus hijas", de Francesco Furini (1634). Museo del Prado, Madrid

"El sacrificio de Isaac", de Caravaggio (1603). Galería Uffizi, Florencia

"El sacrificio de Isaac", de Andrea del Sarto (1528). 
Museo del Prado, Madrid

"Jacob luchando con el ángel", de Alexander L. Leloir (1865).
Museo Roger-Quilliot, Clermont-Ferrand (Francia)

"Lucha de Jacob contra el ángel", de Luca Giordano 
(1694). Museo del Prado, Madrid


Terminamos esta primera entrada dedicada a las pinturas del Antiguo Testamento con la lucha que mantuvo el patriarca Jacob con "el ángel" (en ningún momento se desvela tal naturaleza), y tras esa lucha Jacob recibirá el nombre de Israel ("aquel que lucha contra Dios") y será el padre de las Doce Tribus. No quiero extenderme más porque tampoco dispongo de tiempo. Espero que los lectores hayan disfrutado con este pequeño repaso de los relatos veterotestamentarios, que seguiremos el fin de semana que viene. ¡Hasta entonces!